Un estudio, que ha analizado 919 ciudades europeas, asegura que las ciudades compactas de alta densidad de población, como Barcelona, tienen tasas de mortalidad más altas, menos espacios verdes, peor calidad de aire y un mayor efecto de isla, aunque menos emisiones de gases de efecto invernadero per cápita.
Un estudio afirma que las ciudades compactas tienen peor calidad de aire y mayores tasas de mortalidad
