El organismo reconoció que para un país aislado puede ser útil aplicar medidas para frenar los influjos de dinero extranjero, como el impuesto adoptado por Brasil, pero advirtió de los efectos perjudiciales para la economía mundial si la medida cobra popularidad en los ministerios de hacienda.
"Una dependencia generalizada de los controles de capital puede retrasar la aplicación de los ajustes macroeconómicos necesarios en los distintos países y, en el entorno actual, evitar el reequilibrio de la demanda y, por ende, frenar la recuperación y el crecimiento mundiales", dijo el Fondo en los capítulos analíticos del "Informe sobre la estabilidad financiera mundial".
Effie Psalida, autora principal del estudio sobre el tema, dijo en una rueda de prensa que no hay pruebas de que los controles de capital reduzcan el volumen de fondos extranjeros que entran en un país, pero sí de que alargan su vencimiento, es decir, "que el dinero se queda más tiempo".
En todo caso, advirtió de que la medida pierde eficacia con el tiempo, por lo que los países que tienen controles de capital deben reajustarlos gradualmente para que sigan siendo eficaces.
El FMI reconoce la entrada masiva de dinero en los mercados emergentes y algunos países desarrollados con buenas perspectivas de crecimiento, dada la gran liquidez internacional por los bajos tipos de interés en Estados Unidos, la zona euro, Reino Unido y Japón.
Ese fenómeno puede alimentar la inflación y burbujas en los precios de los activos, advirtió.
Pero antes de recurrir a los controles de capital, los países afectados deberían flexibilizar su tipo de cambio, acumular reservas, reducir los tipos de interés y adoptar una política fiscal más restrictiva, a su juicio.
El organismo también se refirió a las propuestas que circulan en Estados Unidos, Reino Unido y la Eurozona para vigilar más estrechamente a las grandes empresas cuya quiebra sacudiría a todo el sistema financiero, como el banco de inversión Lehman Brothers con su quiebra a finales del 2008.
El FMI advirtió de que las agencias reguladoras "tienen un incentivo para mantener una institución a flote, aun cuando es insolvente, ya que tienen un fuerte rechazo a cerrar las instituciones que vigilan".
Para mitigar esa "tolerancia" perjudicial, el FMI considera necesario que se adopten medidas contra "el riesgo sistémico", como obligar a las grandes entidades a guardar más capital como reservas o limitar el tamaño.