En los últimos días, las redes sociales -donde se han registrado numerosas críticas al Gobierno por su gestión de la crisis- y la prensa china han asistido a un aumento de la censura, y varios artículos que se salían de la línea oficial han sido eliminados.
"Las autoridades chinas se arriesgan a estar ocultando información que ayude a la comunidad médica a combatir el coronavirus y ayudar a que la gente se proteja", aseguró el director regional de AI para Asia, Nicholas Bequelin, en un comunicado de prensa.
"El hecho de que parte de esta información no esté disponible para todos -aseveró-, aumenta el riesgo del daño del coronavirus y retrasa una respuesta efectiva".
La ONG recordó que la censura se produjo desde los primeros compases del brote, en diciembre: "Médicos de Wuhan compartieron con sus compañeros sus temores sobre pacientes con síntomas similares a los del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, en su acrónimo inglés). Las autoridades locales les silenciaron y castigaron por 'difundir rumores'".
"Los profesionales médicos de China trataron de dar la alarma sobre el virus. Si el Gobierno no hubiera intentado minimizar el peligro, el mundo podría haber respondido a la propagación del virus a tiempo", aseveró Bequelin.
Todo esto en un contexto en el que varios expertos internacionales han publicado estudios en los que estiman que los números de contagios y muertes podrían ser mayores de los que reflejan las cifras oficiales, que hoy elevaron a 563 los muertos entre los 28.018 infectados diagnosticados en el país asiático.
Esta censura, denuncia la organización, también ha afectado a varios países del sudeste asiático, como Malasia, Tailandia y Vietnam.
LOS SERVICIOS SANITARIOS, DESBORDADOS
Asimismo, AI hizo hincapié en el derecho al acceso a los servicios sanitarios, superados por completo en la ciudad de Wuhan por la actual crisis, según la organización.
"Los hospitales están rechazando a muchos pacientes tras horas de espera. Los centros no cuentan con el material de diagnóstico necesario", asegura AI en el texto.
En otros casos, se ha pedido a pacientes infectados o sospechosos de estarlo que permanezcan en sus casas ante la falta de instalaciones, y en las redes sociales han circulado fotografías y vídeos -si bien, difíciles de verificar- en los que aparecen puertas selladas por fuera de viviendas habitadas por supuestos contagiados.
AI también arremetió contra los actos racistas derivados del temor internacional al coronavirus que están sufriendo tanto los chinos como los descendientes de chinos de otras nacionalidades y otras personas procedentes de países del entorno.
De igual manera, la ONG exigió que las cuarentenas y los cierres fronterizos fueran proporcionados, y aludió a casos de abusos llevados a cabo por los gobiernos de Australia y de Papúa Nueva Guinea.
"La censura, la discriminación y las detenciones aleatorias no tienen lugar en la lucha contra la epidemia del coronavirus. Las violaciones de los derechos humanos, más que facilitarla, obstaculizan la respuesta a las emergencias sanitarias y limitan su eficiencia", agregó Bequelin.