"Para mí, ahora mismo, antes de este invierno, que trae consigo peligros tan grandes para Ucrania, es crucial que hablemos de cuáles son los planes de Ucrania, y eso debe hacerse con gran detalle y con gran intensidad", señaló en la sesión de control el canciller en la Cámara Baja del Parlamento o Bundestag.
Scholz recalcó que durante su visita esta semana a Kiev conversó durante dos horas y media con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con quien coincide en el principio de que las decisiones sobre el futuro de Ucrania "no deben tomarse por encima de las cabezas de los ucranianos".
"Las conversaciones telefónicas y los acuerdos de terceros no deben conducir a una decisión sobre cómo proceder allí, sino que la propia Ucrania debe poder considerarlo en el diálogo con sus mejores amigos y aliados", sostuvo.
Scholz defendió no obstante ante críticas del propio Zelenski y otros mandatarios como el polaco Donald Tusk su reciente llamada telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien no mostró "ninguna" señal de querer hacer algo en favor de la paz en Ucrania, según admitió.
"(...) sería absurdo y un signo de increíble debilidad política que en Alemania y en Europa esperáramos ahora a que otros mantuvieran estas conversaciones telefónicas y luego quisiéramos comentarlas en los telediarios, por así decirlo", sostuvo.
También pidió no especular sobre qué pasará en el caso de un alto el fuego negociado, después de que unas declaraciones la víspera en Bruselas de la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, fueran interpretadas como que Berlín no descartaría la posibilidad de aportar tropas a una hipotética misión de paz.
"Descarto que enviemos en la situación actual tropas o soldados alemanes a Ucrania", recalcó, si bien habló de las circunstancias presentes y no del futuro.
Scholz recordó que, si bien Alemania ha suministrado a Ucrania armas por valor de 28,000 millones de euros, eso no significa que hay que dar todo lo que se pide, porque él opina que en paralelo el Gobierno debe "mantener la cabeza fría".
"Quiero decirlo explícitamente, porque aunque uno sea el país que más hace, no tiene por qué hacer todo lo que se le exige en alguna parte, y por eso también digo que seguiré haciendo todo lo posible para evitar que esta guerra se convierta en una guerra entre Rusia y la OTAN", enfatizó.
Scholz reiteró que no permitirá que "las peligrosas armas" que Alemania ha suministrado a Kiev "penetren muy lejos en el interior de Rusia".
"Y lo mismo vale también para los misiles de largo alcance" Taurus, enfatizó.
"En conjunto, sin embargo, se trata de una estrategia sensata consistente en no ceder ante quienes quieren dejar sola a Ucrania, pero tampoco ante quienes ahora plantean constantemente nuevas exigencias, en lugar de desarrollar ahora conceptos con Ucrania sobre cómo puede terminar la guerra en algún momento", añadió.
Scholz también descartó en este contexto el entrenamiento de soldados ucranianos durante cuatro meses en el manejo de los Taurus, como le sugirió un diputado del Partido Liberal (FDP) apuntando a un posible cambio de Gobierno tras las elecciones generales en Alemania el próximo 23 de febrero.
El objetivo de ese entrenamiento sería facilitar las decisiones al "sucesor" de Scholz, dijo el legislador, a lo que el canciller replicó que él pretende ser su "propio sucesor" y que, al haber decidido no enviar Taurus a Alemania, "tampoco tiene sentido" empezar ninguna formación en su manejo.