Las aguas retrocedieron en algunas zonas de la capital filipina durante la pasada noche, pero recuperaron terreno durante las primeras horas del día, cuando la lluvia volvió a azotar con fuerza.
Según el gobierno, más del 60 por ciento de esta urbe de más de 12 millones de habitantes permanece anegada, con calles convertidas en canales y cientos de vecinos refugiados en los tejados de sus casas a la espera de recibir ayuda.
El Ejecutivo anunció por la mañana la reapertura de buena parte de los colegios y oficinas, pero tuvo que ordenar de nuevo el cierre unas horas después ante una nueva intensificación de las precipitaciones.
Los copiosos aguaceros, que no han cesado desde el lunes, afectaron a la capital y a otras 14 provincias del norte de Luzón, donde varias ciudades están sumergidas bajo casi dos metros de agua.
Las provincias de Laguna, Pampanga, Bataan y Zambales han declarado el estado de calamidad, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres.
El último boletín de este organismo indica que 1,230,000 personas se han visto afectadas por las lluvias y 850,000 han tenido que recibir asistencia.
Más de 240,000 se han refugiado en los centros de evacuación provistos por el Gobierno en colegios, gimnasios y otros edificios públicos.
"No sé qué quedará de nuestra casa, nos trajeron aquí porque el agua cubría hasta la cabeza", dijo a Efe Linda, una mujer refugiada en el colegio del distrito de Navotas, mientras sostenía en brazos a su nieta de pocos meses de edad.
La mayoría de las víctimas mortales se han registrado en el distrito de Quezon, en las afueras de Manila, donde los equipos de rescate retiraron de entre el lodo los cadáveres de nueve miembros de una misma familia, entre ellos un niño de dos meses, que quedaron sepultados por un desprendimiento de tierra.
Las tres últimas víctimas registradas son un niño y dos adultos ahogados en el distrito de Valenzuela, una localidad costera al norte de Manila.
El gran temor de las autoridades sanitarias es ahora la aparición de la leptospirosis, una enfermedad infecciosa que se contagia en zonas inundadas a través de la orina de las ratas y otros animales urbanos.
El Ministerio de Sanidad ha declarado la máxima alerta y ha ordenado a los médicos de todos los hospitales públicos que permanezcan de guardia hasta nueva orden para hacer frente a una posible epidemia.
Según el servicio meteorológico Pagasa, las lluvias continuarán cayendo de manera intensa durante la jornada de hoy en 14 provincias del norte del país, incluida Manila, y las condiciones climatológicas no comenzarán a mejorar hasta mañana jueves.
Las precipitaciones en la capital entre la tarde del lunes y la del martes alcanzaron los 472 milímetros, una cantidad superior a la que dejó en 2009 el tifón "Ketsana", que causó cerca de 500 muertos en Filipinas.
Las muertes causadas por las últimas lluvias se suman a las 53 causadas la semana pasada por la tormenta tropical "Saola", que forzó a más de 268,000 personas a dejar sus casas en el norte del archipiélago.
Entre 15 a 20 tifones alcanzan Filipinas cada año durante la estación lluviosa que, por lo general, comienza en mayo y concluye en noviembre.
Expertos de las agencias internacionales han identificado la deforestación, el chabolismo y la acumulación de basura en el alcantarillado del elevado número de víctimas que causan las lluvias monzónicas en Filipinas.