La jornada sobre el Parlamento Ciudadano por el Clima, promovida por Oxfam Intermón, Greenpeace, Asamblea Cívica por el Clima, el Observatorio de Sostenibilidad y Globe International, ha partido de experiencias de asambleas ciudadanas climáticas en diferentes países para dar un paso más y pensar en avanzar hacia una institución permanente.
"Si queremos encontrar soluciones efectivas y justas, debemos repensar cómo involucramos a los ciudadanos en el diseño de políticas climáticas. Si no, seguiremos teniendo un apartheid climático. Por eso debemos construir un Parlamento Ciudadano Climático permanente", defendió en un mensaje grabado el ex primer ministro de Grecia Georgios Papandreou.
Papandreou, relator general sobre democracia en el Consejo de Europa, aseguró que han surgido "oligarcas superpoderosos" en todo el mundo que, mediante el lobby, la corrupción, o el "mal uso de las poderosas plataformas digitales que poseen", han obstaculizado medidas sustanciales para abordar los desafíos climáticos.
Un Parlamento Ciudadano permanente inclinaría la "balanza del poder" en favor del bien común y garantizaría la representación en la búsqueda de soluciones de todas las voces, especialmente las de comunidades marginadas, pueblos indígenas y generaciones futuras, subrayó.
La presidenta de la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Congreso español, Cristina Narbona, alertó de los retrocesos democráticos y el negacionismo climático surgidos en Estados Unidos pero también en Europa, e instó a fortalecer herramientas como el Convenio de Aarhus para combatir la desinformación.
Desde las administraciones existe la "obligación" de favorecer con recursos materiales las asambleas ciudadanas, dijo Narbona, que añadió que la participación activa debe tener "cauces sistemáticos y continuos" y no quedarse en iniciativas puntuales.
En España la experiencia se puso en práctica entre 2021 y 2022, con una Asamblea Ciudadana por el Clima integrada por un centenar de personas que elaboró 172 recomendaciones para los poderes públicos.
En la jornada también participó, a través de un mensaje en vídeo, la ministra de Medio Ambiente de Chile, Maisa Rojas, que defendió que los procesos participativos son el "corazón" de la justicia ambiental y climática.
"Nadie conoce mejor las soluciones que quienes enfrentan día a día las consecuencias del cambio climático y deben ser los principales beneficiarios de nuestra acción climática en Chile", insistió Rojas, que instó a fortalecer los espacios de diálogo.
En la jornada estuvieron también académicos, ciudadanos y miembros del tercer sector como Erika Hope, directora de Planificación Climática y Leyes de la Fundación Climática Europea (EFC por sus siglas en inglés), quien llamó a usar el clima como impulso para mejorar los enfoques democráticos, "que pueden llegar a cambios estructurales" en otros ámbitos.
También se abordó cómo las organizaciones del tercer sector pueden aprovechar las asambleas ciudadanas para reforzar sus campañas políticas e incluso la comunicación sobre cambio climático.
Es lo que ocurrió en Francia con la palabra "ecocidio", que pasó de usarse apenas en la militancia ecológica a escucharse en boca de políticos o periodistas tras la experiencia de su asamblea climática, ejemplificaron.