Netanyahu logra empate con sabor a triunfo

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, logró en las elecciones de hoy un empate de último momento con sabor a triunfo frente a su rival del partido Laborista, de izquierda, Yitzhak Herzog.

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El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, logró un empate de último momento.

Las proyecciones difundidas aquí poco después del cierre de las urnas a las 22:00 horas locales, mostraron a Netanyahu y a Herzog con 27 escaños cada uno en el parlamento unicameral de 120 asientos, según los datos del Canal 1, estatal, y del privado Canal 10.

El también privado Canal 2, en cambio, puso a Likud de Netanyahu con 28 bancas contra 27 del laborismo.

Este resultado seguramente abrirá una intensa danza de negociaciones para intentar formar un gobierno. Quedará por verse a quien encargará primero esta misión el presidente de Israel, Reuven Rivlin, también del Likud pero distanciado de Netanyahu.

En tercer lugar, según las proyecciones de las encuestadoras, se ubicó una flamante alianza de partidos árabes y de los comunistas israelíes, donde se reunen tanto árabes como judíos. Esta alianza estaría sumando 13 escaños.

Un posible aliado de los laboristas, el liberal Yair Lapid, sumó 11 escaños, mientras que Moshé Kahlon, quien se desprendió del Likud para presentarse con su propio partido, Kulanu, se alzó con 10, siempre según las proyecciones de las encuestas de las televisoras.

En la compulsa por aliados para formar gobierno, Netanyahu podría contar con el apoyo de Naftali Bennett, un derechista todavía más duro que el primer ministro en el frente del proceso de paz con los palestinos.

Herzog se presentó en alianza con la excanciller Tzipi Livni. El laborista había alcanzado el puesto de favorito en las encuestas previas a los comicios, lo que generó movidas políticas osadas de Netanyahu.

Según repitió el primer ministro durante la campaña, el partido de Herzog contó con el apoyo financiero de “fuentes extranjeras” que no precisó.

Netanyahu afirmó también que los partidos árabes entrarían en un eventual gabinete de su rival, una posibilidad muy rechazada por los sectores más conservadores de los votantes judíos.

Se trató, le respondió Herzog, de una denuncia “histérica” por parte de Netanyahu. Las elecciones de hoy, completó el líder laborista, fueron “decisivas para la historia del país”.

Las urgencias en el frente exterior, en especial el tema de Irán y su programa nuclear -al que Israel señala como un camino de Teherán hacia las armas atómicas-, fueron el tema central de la campaña de Netanyahu, pero no de Herzog.

Para la mayoría de los comentaristas locales, las elecciones representaron un referendo sobre la gestión y la imagen de Netanyahu, el líder de la derecha que viene dominando el escenario político israelí en los últimos 25 años.

Estos comicios derivaron incluso de una jugada de Netanyahu para reforzar el poder de su gobierno.

En diciembre último, el primer ministro despidió de su gabinete a Livni, su ministra de Justicia, y al de Finanzas, Lapid, para declarar así disuelta la entonces vigente coalición de gobierno.

Netanyahu, señalan los analistas, estaba convencido de poder derrotar con claridad al laborista Herzog y renovar su mandato con una coalición más cercana a sus posiciones políticas de derecha.

Sin embargo, Herzog se alió con Livni y su partido HaTnuá y pasó del tercer lugar al primero de las preferencias de los votantes, según las encuestas.

En los últimos tramos de la carrera, acorralado por las encuestas, Netanyahu se concentró en denunciar el programa nuclear iraní y dejó de lado en sus discursos cuestiones como el encarecimiento de las hipotecas para viviendas y los precios de los alquileres.

El primer ministro incluso llevó a cabo una polémica visita a Estados Unidos, donde el 4 de marzo pasado pronunció un duro discurso ante el Congreso criticando los esfuerzos del presidente Barack Obama para llegar a un acuerdo con Teherán.

La visita enfureció a la Casa Blanca y llevó la relación del gobierno israelí con Estados Unidos, su principal aliado, a uno de los puntos más bajos de su historia.

Herzog también se declaró preocupado por el programa nuclear iraní durante la campaña, pero prefirió concentrarse en asuntos más urgentes para la clase media israelí, como la crisis de la vivienda. En los últimos años, los precios subieron más de 55 por ciento, según un reciente informe oficial.