En concreto, la intención de este nuevo foro político - que colaborará también con las empresas, la sociedad civil y las entidades financieras- será la de promover el comercio y la inversión de bienes, servicios y tecnologías que ayuden a reducir el impacto del cambio climático y permitir que los países puedan adaptarse a él.
"La crisis climática es un reto sin precedentes que requiere una respuesta mundial. (...) El tiempo apremia para enfrentarnos al devastador impacto que el cambio climático tienen en la gente y en las economías de todo el mundo", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea y responsables de Comercio, Valdis Dombrovskis.
A la iniciativa se han sumado otros veintitrés países de todo el mundo, entre ellos Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Japón (por lo que todos los miembros del G7 estarán presentes), además de Ucrania o Colombia, Costa Rica y Barbados, en América Latina y el Caribe.
Tras la inauguración de hoy, está previsto que los ministros se vuelvan a reunir en la próximo conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), prevista para principios de 2024.
"Ecuador y la mayoría de países de Sudamérica son de los más diversos del mundo, pero al mismo tiempo nuestra economía depende de las exportaciones de productos agrícolas y pesqueros (...). Para ser competidores en el futuro tenemos que hacerlo de forma sostenible", manifestó el ministro de Comercio de Ecuador, Julio José Prado, en la rueda de prensa para presentar la iniciativa en Davos.
Para economías como la ecuatoriana "no hay intercambio entre comercio y conservación: es una cuestión de supervivencia en el futuro próximo", aseguró Prado, subrayando que Ecuador ha ampliado en un 60 % el área vetada a la pesca en el entorno de las islas Galápagos, aunando "industria, comercio y conservación".
El ministro ecuatoriano defendió que será necesaria una cooperación internacional que garantice "inclusividad, liderazgo y confianza al más alto nivel" para desarrollar políticas comerciales que contribuyan a luchar contra el cambio climático y llamó a "incluir a todo el mundo en la discusión".
Preguntado por las tensiones entre comercio y lucha contra el cambio climático que ha generado precisamente la ley anti-inflación de Estados Unidos entre Washington y la UE, Dombrovskis reiteró que el bloque comunitario apoya los objetivos climáticos de la norma, que prevé cerca de 370,000 millones de dólares en subsidios para tecnologías limpias.
Pero subrayó que estas ayudas son "de naturaleza discriminatoria", puesto que requieren que parte de la producción se realice en Estados Unidos, algo que no exige la UE, por lo que Bruselas y Washington están buscando "soluciones negociadas".
"Creemos que seríamos más fuertes si construyésemos una alianza transatlántica para reverdecer la economía, si construyésemos cadenas de valor transatlánticas y no destruyéndolas", afirmó.