"El avión que salió hoy lleva al menos 10 toneladas de una comida nutricional especialmente diseñada para tratar la malnutrición en los niños", declaró a Efe Challiss McDonough, portavoz del PMA en la capital keniana.
Estos vuelos -matizó- se repetirán en las próximas semanas, "si no diariamente", por lo menos con una cierta regularidad.
"Vamos a llevar a cabo una serie de vuelos -subrayó la portavoz- para poder hacer llegar suficiente comida para asistir a unos 30,000 niños en Mogadiscio".
El aparato, un Boeing 737 con cargamento procedente de Francia, pudo despegar hoy tras superar las trabas burocráticas que este martes impidieron su salida en el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta de Nairobi.
Anteriormente, otro portavoz del PMA, David Orr, que viajó a bordo del avión, dijo antes de partir que, "en los siguientes 10 días, se espera llevar hasta Mogadiscio por vía aérea unas 80 toneladas en total" de ese tipo de alimentos para niños malnutridos.
Ya en el aeropuerto de la capital somalí, Orr aseguró ante los periodistas que "habrá más vuelos como éste".
"Traeremos comida, tiendas y otros utensilios básicos", subrayó el portavoz del PMA.
El cargamento fue transportado en un convoy hasta los almacenes de la agencia de la ONU en Mogadiscio, donde se guardarán hasta su distribución, tan pronto como sea posible, entre los niños malnutridos de los campamentos de la ciudad, indicó Orr.
Miles de personas afectadas por la hambruna siguen llegando diariamente a la capital, como, Dahir Diriye Osman, de 43 años y padre de ocho niños, que perdió a su esposa y a tres hijos durante la travesía hacia Mogadiscio.
"Nos estamos muriendo. Algunos de nosotros murieron durante el camino y otros están muy débiles. Por eso, la comida se nos debería suministrar directamente, porque no podemos esperar", comentó Osman.
La falta de comida en Mogadiscio, que en los últimos dos meses ha recibido a 100,000 desplazados que buscan en la capital somalí refugio de la guerra y la sequía, ha desembocado en saqueos y enfrentamientos entre la población afectada, denunció ayer, martes, la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Hace una semana, la ONU declaró oficialmente el estado de hambruna en dos regiones del sur de Somalia, Bakool y Baja Shabelle, algo inédito en este país durante las últimas dos décadas.
Casi la mitad de la población somalí, unos 3.7 millones de personas, padece una crisis humanitaria, de los cuales 2.8 millones residen en el sur, indican los datos facilitados por las Naciones Unidas.
El drama de Somalia se enmarca en el contexto más amplio del Cuerno de África, donde unos 11 millones de personas están en situación crítica por la sequía y el hambre, según la ONU.
A ese respecto, el ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, anunció el lunes en Roma, en una reunión urgente en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que abordó la crisis en la región, la celebración de una conferencia de donantes hoy en Nairobi, con el fin de analizar las ayudas que requiere el Cuerno de África.
Sin embargo, la portavoz en la capital keniana de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) Rita Maingi declaró hoy que no se trata de una conferencia, sino de "una reunión de donantes regular que se celebra cada mes, que no es pública" y de la que, en principio, no se hará anuncio ninguno.