Se prevé así como muy probable que Hungría, el único país que aún no ha ratificado el ingreso de Suecia en la Alianza Atlántica, de finalmente su luz verde la próxima semana.
El Fidesz que, liderado por el primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, cuenta con dos tercios de los escaños parlamentarios, ha dado un giro en su postura al manifestarse a favor de la ratificación que cerraría un proceso de casi dos años en los que ha venido posponiendo la decisión.
"El grupo parlamentario (del Fidesz) desea apoyar la propuesta", afirmó el líder del grupo, Máté Kovács, en una carta enviada al presidente del Parlamento, László Kövér.
El mismo Orbán había avanzado el sábado pasado que el Parlamento podría iniciar sus sesiones de primavera, el 26 de febrero, votando sobre la adhesión de Suecia en la alianza militar.
Con esta votación podría concluir un largo proceso, marcado por los constantes retrasos de la ratificación por parte del Fidesz, cuyos diputados aseguraban que no podían apoyar la entrada de Suecia debido a supuestas críticas "injustas" por parte de políticos del país nórdico en relación con el estado de la democracia en Hungría.
En su misiva de hoy, Kovács pide que el Parlamento discuta el tema ya en el primer día de las sesiones, algo que debería confirmarse con la publicación del orden del día de esa jornada parlamentaria.
Pocos momentos después de conocerse hoy la petición del Fidesz, la oficina de prensa de Orbán informó de que el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, realizará una visita oficial a Budapest el próximo viernes, 23 de febrero, es decir, tres días antes de la esperada ratificación.
Aunque el comunicado oficial no menciona la entrada de Suecia en la OTAN como uno de los asuntos de la agenda de la reunión prevista del jefe del Gobierno sueco con su homólogo húngaro, la prensa local espera que ambos mandatarios aborden también este tema.
Hungría y Turquía han bloqueado durante más de un año la entrada de Suecia a la OTAN y desde que el Parlamento turco diera finalmente su luz verde el pasado 23 de enero, el país centroeuropeo es el único que aún no ha dado ese paso, a pesar de que había prometido que no iba a ser "el último en aprobarla".
Los diputados gubernamentales pedían "más respeto" por parte de Suecia y el pasado 5 de febrero boicotearon una sesión extraordinaria del Parlamento convocada por la oposición para votar sobre la adhesión.
Orbán es considerado como el líder comunitario más cercano al presidente ruso, Vladimir Putin.