Indígenas canadienses continúan luchando para tener acceso a agua potable, ya que algunos lagos han sido contaminados por las industrias.
Los indígenas de la reserva Grassy Narrows First Nations, una localidad ubicada al suroeste de Ontario, demandan que el gobierno provincial limpie los nueve mil kilogramos de mercurio arrojados al río Wabigoon de su comunidad.
Afirman que el mercurio arrojado al río hace más de 50 años ha ocasionado enfermedades en los residentes, que las definen como una “lenta y degenerativa forma de morir”.
Algunos lugareños sufren de mal de Parkinson, Alzheimer y demencia.
“El mercurio ataca el cerebro”, dijo el joven indígena Jusy Da Silva, quien explicó que su padre era pescador en ese río contaminado y que su familia comía esos pescados.
Da Silva formó parte de la caravana de jóvenes indígenas que recorrió mil 700 kilómetros el año pasado para realizar una manifestación en la sede del parlamento de Ontario, Queen´s Park en demanda de la limpieza de sus ríos.
El mercurio fue arrojado al río Wabigoon por una fábrica de papel en la década de los 60´s. “El mercurio ha contaminado los peces que comemos dañando nuestra forma de vida y enfermando a nuestras familias”, denunciaron los jóvenes indígenas canadienses.
La indígena Winona LaDuke se preguntó: “¿alguien me puede decir por qué querer agua limpia para beber lo hace a uno activista y por qué si una corporación que propone destruir el agua con químicos no es señalada como terrorista?”.
Por otra parte, un reciente estudio elaborado por el Royal Bank of Canada muestra la preocupación de los canadienses respecto al presupuesto de Donald Trump, quien eliminó fondos para programas que protegen los Grandes Lagos (Great Lakes) que comparten Canadá y Estados Unidos.
Los Grandes Lagos agrupa a los cinco lagos (Superior, Huron, Ontario, Erie y Michigan) que comparten las provincias de Ontario y Quebec con los estados de Nueva York, Ohio, Michigan, Illinois, Pensilvania, Minnesota, Indiana y Wisconsin.
El presupuesto de Trump prevé recortar 30 por ciento los fondos para la Agencia de Protección Ambiental y eliminar otros programas de protección a los Grandes Lagos.
La mayoría de los canadienses considera que los lagos y ríos son parte de la identidad nacional de Canadá y que el agua es el más importante recurso natural del país, con excepción de Alberta cuyo principal recurso es el petróleo.
El estudio del RBC reveló la preocupación de los canadienses sobre el deterioro de la calidad del agua debido a que se arrojan toxinas, a los efectos del cambio climático y a los contaminantes que van de la tierra al agua.
Un panel binacional (IJC) que asesora a ambos gobiernos sobre la calidad del agua en los lagos, advierte que nuevos químicos, como farmacéuticos y materiales plásticos, están cayendo a estas aguas. El IJC realizará una consulta pública este mes sobre el estado de los lagos.
La ministra canadiense de Medioambiente y Cambio Climático, Catherine McKenna se reunió la semana pasada con Scott Pruitt, administrador de la Agencia de Protección Ambiental a quien exhortó a seguir cooperando con Canadá en la protección de los Grandes Lagos.
Wayne Redekop, alcalde de Fort Erie, un poblado fronterizo en Ontario, criticó que el presupuesto de Trump no reconozca la importancia de limpiar los Grandes Lagos para garantizar agua limpia a las comunidades de Canadá y Estados Unidos, y la sanidad en la industria de la pesca.
En este Día Mundial del Agua, la gobernadora de Ontario, Kathleen Wynne, afirmó que los Grandes Lagos representan cerca de 20 por ciento de la fuente de agua fresca del mundo, por lo que mantener un saludable ecosistema acuático es esencial para la calidad de vida y la prosperidad económica.
“Ontario y Quebec trabajaremos con los gobiernos estatales estadunidenses para encontrar soluciones a los retos que enfrenta los negocios, las comunidades y la gente en la región”, agregó la gobernadora de la provincia más poblada de Canadá.