Ban "está horrorizado por el hecho de que se asesine a trabajadores humanitarios", señaló hoy su portavoz, Martin Nesirky, en una conferencia de prensa.
"Resulta difícil entender qué mueve a alguien a cometer estos hechos contra la gente que está ayudando a su propio pueblo", añadió Nesirky, quien señaló que Ban es consciente de que el Gobierno paquistaní "hace todo lo posible" por la seguridad de los trabajadores humanitarios.
Unos desconocidos abrieron fuego el pasado martes contra una camioneta y mataron a seis personas, cinco de ellas mujeres, que trabajaban para una ONG.
El ataque ocurrió en una carretera de la provincia de Khyber Pakhtunkhwan, situada en el oeste de Pakistán y una de las más violentas del país, ya que alberga células yihadistas y bandas mafiosas que operan a ambos lados de la frontera con el vecino Afganistán.
Este atentado se produjo poco después de la ola de ataques contra personal de la campaña de vacunación contra la polio en Pakistán, en la primera mitad de diciembre, que causó la muerte de nueve trabajadores y causó la suspensión de las operaciones de la Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS).