Las huellas en América de la banda terrorista vasca ETA, diez años después del anuncio del abandono de las armas, prácticamente han desaparecido y solo permanece el silencio ante lo que fue un refugio o retaguardia militar de activistas huidos que, en algunos casos, se establecieron en México, Cuba, Canadá, Uruguay y Venezuela.
Silencio y olvido del paso de ETA por América
