Aunque la medida que entró en vigor la medianoche del lunes, estará en vigencia hasta el próximo 10 de julio. A día de hoy las autoridades no tienen certezas de cuándo llegará el próximo envío de combustible a la isla, y las reservas actuales son apenas suficientes para unos días bajo el sistema racionado.
El plan de distribución establece una cantidad limitada de combustible para los vehículos de sectores esenciales, y pases controlados por las fuerzas de seguridad.
Aún así, largas colas de vehículos continuaron formándose en las gasolineras para lograr acceder al poco combustible que queda en el país.
PARALIZADOS
Trabajadores como Madhura Chinthaka, un conductor de rickshaw, un taxi de tres ruedas popular en el sur de Asia, no entran en la categoría de servicios esenciales, y con ello su familia se ha quedado sin el único ingreso del hogar.
“Estoy cansado y frustrado. ¿Cómo podemos seguir así? Mis hijos no han ido a la escuela y yo no he trabajado durante días. Nunca pensé que tendríamos que vivir así”, contó a Efe el taxista de 34 años.
El Gobierno de Sri Lanka tiene la esperanza de que las conversaciones que mantuvo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Estados Unidos se materialicen en cinco semanas, permitiendo al país adquirir alimentos, combustible, medicinas, entre otros esenciales.
Al mismo tiempo intenta negociar con las empresas petroleras nuevos despachos de combustible, pero el grave endeudamiento del país y la incertidumbre sobre su capacidad de pago han hecho que estas compañías demanden pagos por adelantado.
EN LA ESPERA DE AYUDA
El ministro de Energía esrilanqués, Kanchana Wijesekera, informó hoy de nuevos acercamientos con Qatar Petroleum para valorar la apertura de una línea de suministro de productos a través del Fondo de Desarrollo de Catar.
Asimismo, el Gobierno dio luz verde a las importaciones de combustible por parte de empresas privadas del sector petrolero, nacionales o internacionales, dispuestas a usar sus propias divisas para traer combustible a la isla.
Estado Unidos prometió el envío de 20 millones de dólares en asistencia adicional como parte de sus compromisos con "la seguridad alimentaria, la salud pública y el bienestar económico", escribió hoy en Twitter la embajadora del EE.UU en Sri Lanka, Julie Chung.
Sri Lanka afronta la peor crisis económica desde su independencia del Imperio británico en 1948, provocada en parte por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, y el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia en el turismo.
Con las reservas internacionales marcando mínimos históricos y la decisión de suspender los pagos de su deuda exterior el pasado abril, Sri Lanka se acercó al FMI en busca de una línea de crédito para restaurar la estabilidad fiscal, al tiempo que intenta alcanzar acuerdos con sus prestamistas para la reestructuración de la deuda.