El gigante superó las expectativas de Wall Street para el segundo trimestre del año con una mejora del beneficio neto en un 12 % hasta los 3,000 millones de dólares y pese a que las ventas se redujeron en un 8 % hasta los 10,872 millones de dólares.
Merck consiguió sostener sus resultados con una importante reducción de los costes operativos y que, al igual que otros competidores, se ha visto afectado por una reducción de los ingresos ya que la pandemia de la COVID-19 ha pospuesto tratamientos y ventas no urgentes.
"Pese al impacto que la COVID-19 ha tenido en el acceso de pacientes a los proveedores de cuidado de salud, Merck ha continuado manteniendo su impulso y mejorado en el trimestre", indicó en un comunicado Kenneth Frazier, presidente y consejero delegado de la farmacéutica, que también está en la carrera por encontrar una vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2.
El medicamento contra el cáncer Keytruda, que aumentó sus ventas en un 29 % hasta los 3,900 millones de dólares entre abril y junio, fue responsable en gran parte de frenar la caída de la facturación.
La compañía actualizó al alza su proyecciones para el resto del año y aseguró que el menor acceso de pacientes a tratamientos no relacionados con la COVID-19 le hará perder una facturación de unos 1,950 millones de dólares, ligeramente por debajo de lo previsto en primavera.
Asimismo, elevó las expectativas de beneficio por acción hasta al menos 5.63 dólares por acción.
Merck adquirió en mayo a la empresa austríaca Themis Bioscience para entrar en la carrera por la consecución de una vacuna efectiva contra la COVID-19 y hoy aseguró que comenzará los ensayos clínicos en este tercer trimestre.
Asimismo, colabora con la organización sin ánimo de lucro IAVI para otra vacuna contra el nuevo coronavirus, cuyas pruebas comenzará, según anunció hoy, a finales de este año.