El presidente del Banco Central de Argentina, Martín Redrado, se negó a firmar la renuncia que le pidió la jefa del Estado, Cristina Fernández, por su oposición a un decreto que dispone el uso de millonarias reservas en divisas para pagar deudas soberanas este año.
Redrado, cuyo mandato de seis años vence en septiembre próximo, sostiene que solo el Parlamento puede cesarlo, por más que el Ejecutivo haya sido el que lo había propuesto al frente del instituto monetario, dijeron sus portavoces a los periodistas.
El funcionario se reunió hoy con opositores al Gobierno, quienes le dieron su apoyo y ratificaron las demandas judiciales que la oposición ha presentado contra el uso de reservas para pagar deudas, a fines del mes pasado.
El conflicto desveló disputas internas por un decreto "de necesidad y urgencia" por el que la mandataria ordenó disponer de reservas monetarias por 6 mil 569 millones de dólares para afrontar vencimientos de deudas, para lo cual se emitió un título por similar monto a favor del Banco Central.
Desde hace 15 días, el presidente del instituto monetario se resiste a tomar las medidas previstas para llevar adelante la operación, lo que supone "un incumplimiento de sus deberes", aseguró el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, después de pedirle la renuncia por orden de la mandataria.
"Redrado ha asumido posiciones que no tienen que ver con la política económica del Gobierno: en este país las decisiones las toma la presidenta, no el presidente del Banco Central", remarcó a canales de televisión y radios locales.
El senador Ernesto Sanz, líder de la Unión Cívica Radical (UCR), la segunda fuerza parlamentaria, respaldó a Redrado al indicar que el funcionario "no ha hecho más que cumplir" con la carta orgánica del Banco Central.
"Incurriría en un incumplimiento de sus deberes si usara reservas monetarias para pagar deudas: las reservas están para garantizar el valor de la moneda", agregó antes de acudir a la cita con Redrado.
Fernández dictó el polémico decreto a mediados de diciembre pasado, cuando el Parlamento había entrado en receso, con la excusa de dar una señal positiva a los mercados financieros internacionales, de los que Argentina permanece apartada desde el cese de pagos de 2001 (102 mil 000 millones de dólares), el mayor de la historia financiera, a pesar de la reestructuración de 2005.
El conflicto estalló cuando Argentina se prepara para hacer una oferta de refinanciación de bonos por unos 20 mil millones de dólares en manos de acreedores que rechazaron la de 2005, entre ellos fondos de inversión especulativa e inversores de Alemania, Estados Unidos, Japón e Italia.
"Entiendo que Redrado había puesto hace tiempo su renuncia a disposición de la presidenta. Lo único que se hizo hoy es aceptarla y considero por ello que Redrado ha terminado su función", dijo el ministro de Economía, Amado Boudou, durante una rueda de prensa que había convocado para hacer otros anuncios.
Boudou, que prepara una gira por Estados Unidos y Europa para promover la refinanciación de los bonos en mora, confirmó que el Gobierno se propone poner el frente del Banco Central a Mario Blejer, un antiguo funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ya había ocupado ese cargo en 2002.
Argentina cuenta con reservas monetarias por más de 48 mil millones de dólares y su uso para pagar deudas ha sido motivo de demandas judiciales de la oposición, entre ellas disidentes con el peronista Frente para la Victoria de Fernández, que perdió la mayoría propia que tenía en el Senado y Diputados a raíz de su derrota en los comicios legislativos de junio pasado.
La Corte Suprema de Justicia dio la semana pasada un plazo de diez días para que el Gobierno dé explicaciones.
"La certidumbre (económica) no tiene que ver con los nombres sino con las políticas", aseguró Boudou al negar que este conflicto suponga una "mala señal" a los mercados.
El ministro remarcó que sigue vigente la política que desde 2003 mantiene un superávit del Tesoro y de la balanza comercial, además de un tipo de cambio "competitivo" (actualmente de 3.82 pesos por dólar) y la decisión de regresar a los mercados de capitales.
Redrado, designado en 2004 con acuerdo del Senado y a propuesta del ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), esposo y antecesor de Fernández, se ampara en un artículo de la carta orgánica según el cual sólo puede ser cesado por el Parlamento en caso de "mala conducta" o incumplimiento de sus deberes en el Banco Central.