El epicentro de esta fiesta "block party" era el número 1520 de la Avenida Sedgwick, donde se alza un edificio de vivienda social que no se distinguiría de otros numerosos "projects" de la ciudad de no ser por su carácter de patrimonio histórico: en su interior, el 11 de agosto de 1973, nació el hiphop.
Allí fue donde un joven inmigrante jamaicano, Clive Campbell, conocido como DJ Kool Herc y hoy considerado "padre del hiphop", lanzó una fiesta de "vuelta al cole" junto a su hermana Cindy, y probó una técnica pinchando con dos platos en la que alargaba la parte rítmica de las canciones, lo que se llamaría "breaks".
DJ Kool Herc y sus amigos, según reivindica Nueva York, dieron lugar a la cultura del hiphop, en la que el DJ no es el único protagonista: también la gente que la baila, los "b-boys" o "break-boys"; los MC o maestros de ceremonias a los micrófonos; y los artistas que pintan "graffiti", en total cuatro pilares.
PIONEROS Y 'NOVATOS'
A ellos se dedicó la fiesta de este sábado, convocada por la Alcaldía, en la que los visitantes comulgaron con los bronxitas durante un concierto encabezado por pioneros como KRS-One y Grandmaster Caz, y que también acogió a nuevos talentos, como un prodigioso rapero de 8 años que subió al escenario con su padre.
"Esto trata sobre mis hermanos y hermanas. Menuda andadura. Muy pocos pueden decir que han estado aquí desde el día uno. Así que esta fiesta está dedicada a la cultura entera del hiphop, y el 50 cumpleaños es para quienes estuvieron aquí, como DJ Kool Herc, que hizo este bloque famoso", dijo Grandmaster.
Ante el edificio que corona el bloque, muchos asistentes paraban a rendir tributo haciéndose fotos y hablando con algunas figuras del género que salieron a compartir la celebración, entre ellos dos leyendas: Douglas J. Colón, alias "Dancing Doug", y "Trixie", que fueron dos de los primeros "b-boys".
Ambos recordaron a EFE los inicios del hip hop: "Todo lo hacíamos por la diversión, no queríamos hacer dinero, estar en televisión, publicidad o videos", dijo el primero, a lo que el segundo apostilló: "Era algo que nos mantenía ocupados, fuera de problemas y creando algo para nosotros".
Enfrentarse en batallas de baile en la década de 1970 los llevó a desarrollar una amistad que perdura, y ahora reivindican su parte en una cultura que "no es solo rap", señalan, por lo que han creado un "Hall de la Fama de los B-Boys" que pone el foco en este pilar del hiphop.
'PODEMOS HABLAR CON ESTA MÚSICA'
Otro pilar, el "graffiti", fue el que más influyó en uno de los asistentes, el artista LeRone Wilson, un escultor que creció en Brooklyn tras el nacimiento del hiphop y aseguró que en aquel momento "todo el mundo estaba intentando salir ahí fuera, crear y ser creativo en cualquier cosa que hiciera".
"Esta nueva música que venía del Bronx... ¡guau!, la podíamos bailar y disfrutar en grupo en la calle (...) Decíamos: ¡caramba, podemos poner la mano en el fuego por esto, podemos hablar con este tipo de música!", agregó Wilson, que en los últimos días ha hecho una "maratón" yendo a otras fiestas callejeras.
El evento animó a muchos vecinos a lucirse en la fiesta, como Mr. MC Mellow D, con camiseta y pantalón de colores púrpura y un altavoz "grafiteado" que emitía una base rítmica para sus frases: "El hip hop tiene 50 años y yo 49, desde 1974... el hip hop es toda mi vida", comentó, rapeando.
Otros aprovecharon la multitud inusual para buscar un empujón en su carrera, como el rapero Punchline Q, que repartía tarjetas y prometía: "Te gustará mi rap si te gusta Nas, pero nada tipo Tupak Shakur o el rap de la Costa Oeste. Dale una oportunidad, verás mi destreza lírica, te va a encantar".
DE LOS 'PROJECTS' AL ESTRELLATO
Muchos asistentes presumieron con sus camisetas de haber asistido anoche al megaconcierto en el Yankee Stadium, no muy lejos, que reunió a raperos míticos como Run DMC, Snoop Dogg y Fat Joe, a "reinas del hip hop" como Eve y Lil Kim o al mismísimo DJ Kool Herc y su hermana Cindy Campbell.
Pero la fiesta de hoy se centró en el inicio de ese camino al estrellato: la humilde zona de El Bronx, en una época marcada por la alta criminalidad, la "enfermedad, el odio, la ignorancia y la pobreza", en la que un grupo de jóvenes creó sin quererlo un futuro para el barrio, según reza un cartel a los pies del edificio.
"En lugar de hundirnos en esa situación desesperanzadora, nos convertimos en las soluciones que buscábamos (...). No nos dieron las respuestas, nos convertimos en las respuestas", agrega el texto, que muchos pararon a leer durante una jornada en la que destacó la coexistencia de una multitud diversa, supervisada por grupos de policías.