Hoy nos debe unir la mayor preocupación de la salud, la de la mente. La higiene mental es un renglón bastante descuidado por todos y que ha sido muy golpeado por los medios de comunicación masivos comerciales.
Este asunto nos es cosa menor. Y en los últimos días vimos sucesos de un joven que con violencia interrumpió en un templo del saber, de una escuela donde mató a seis adultos entre ellos a su madre que era maestra del plantel, así como a 20 niños y niñas que recibían su instrucción de conocimiento.
Este suceso cimbró las estructuras de la salud mental del pueblo estadounidense y al propio presidente Obama se pronuncio en favor de atender la salud mental de la población, enfocando la atención a niños y jóvenes. A nosotros, México, como país esta implementación de alerta a la psique nos debe unir y ocupar.
Tener generaciones mentalmente sanas es aval para el avance social que nos mantenga en equilibrio. El suceso triste y lamentable; por demás doloroso que vivió Estados Unidos nos merece solidarizarnos a su pena y ocuparnos de lo propio. Cuando una alerta de esta magnitud se detona, nadie debe voltear su atención a otro lado. Vivir seguros y a salvo es tarea del estado, sí, pero también de la sociedad en su conjunto. Ocupémonos de sanear las heridas mentales y encontrar los caminos para cerrar las transgresiones culturales que nos llenan de violencia y luto.