Tres áreas donde el IoT es crítico para el desarrollo de ciudades inteligentes

El Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) está revolucionando la forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno. La interconexión digital a través de la red ha permitido que la comunicación entre los objetos cotidianos y las personas adopte una nueva dimensión, posibilitando nuevos usos y aplicaciones que pueden incluso transformar a las ciudades.

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De acuerdo a la consultora internacional Gartner, durante este año 2016 existen 1.641 millones de cosas conectadas en las ciudades inteligentes, lo que supone un ascenso del 39 por ciento con respecto a 2015, y terminará el año con 1.179 millones. Además, se espera que esta cifra incremente por encima de los 2.300 millones en 2017 y alcance los 3.300 millones en 2018.

Todo ello se debe al uso de dispositivos móviles con capacidad de conexión a redes 3G/4G, que ha detonado que hoy en día los usuarios puedan estar conectados a internet desde cualquier lugar en el que se encuentren, sin olvidar el crecimiento exponencial con el que cuenta el WIFI en espacios públicos cómo parques, bibliotecas, calles y espacios abiertos en general.

Y es que la idea de ciudades inteligentes es casi imposible de entender sin un concepto como el Internet de las Cosas, los Smartphones y el WiFi, los cuales han dado paso a una era de escuelas, casas y hospitales inteligentes, e incluso, quizás, lo más importante, ciudades inteligentes.

Por ello, el IoT puede ayudar a que las grandes ciudades hagan frente a los diversos desafíos que enfrentan, ayudando a los gobiernos fundamentalmente en tres grandes áreas:

Infraestructura pública: El IoT permite administrar de manera centralizada algunos de los principales servicios como el alumbrado público, el control del tránsito y los estacionamientos, a través de una infraestructura de red inteligente.

Seguridad: Cuando las ciudades se conectan de un sistema de video vigilancia a otras fuentes de información en internet, es posible aprovechar el poder de los datos para mejorar la seguridad en las calles, prevenir incidentes y ofrecer una respuesta más rápida ante las emergencias.

Servicios Ciudadanos: Proveer acceso a internet en espacios público es un factor clave para el desarrollo social, cultural y económico de la ciudad, que permite también a los ciudadanos acercarse a los servicios públicos.

No cabe duda de que el IoT mejora la capacidad de respuesta, seguridad y satisfacción general de todos los ciudadanos, gracias al aprovechamiento de los datos y estadísticas precisas. Al fin y al cabo, el objetivo es que las ciudades empleen sus recursos de forma más eficiente para ofrecer servicios a los ciudadanos que se adapten a sus necesidades y que puedan mejorar su calidad de vida.
 
En definitiva, las soluciones y servicios que ofrecerán los proveedores de red, se convertirán en un activo muy importante para los gobiernos en cuestión de eficiencia operativa y reducción de gastos, además de incrementar la experiencia de los usuarios en aras de tener una mejor calidad de vida en su día a día.