La hemorragia posparto es una complicación en la que la mujer pierde más de medio litro de sangre en las 24 horas que siguen al parto y causa la muerte de una madre cada seis minutos en alguna parte del mundo, en particular en países pobres.
El estudio, que involucró a 200,000 mujeres en varios países, propone un dispositivo sencillo y barato para medir objetivamente la cantidad de sangre que se está perdiendo, frente al método actual que consiste en una inspección visual que tiende a subestimar la pérdida de sangre y puede llevar a una demora del tratamiento que pone en riesgo la vida de la paciente.
Al mismo tiempo, la investigación -realizada mediante una colaboración de expertos de la OMS y de la Universidad de Birmingham (Reino Unido)- plantea que las distintas etapas del tratamiento para esos casos se administren juntos, en lugar de hacerlo de forma secuencial y con pausas entre una y otra intervención.
Se observó que de esa manera las hemorragias severas (pérdida de más de un litro de sangre tras el parto) se reducían en un 60 % y con ello disminuía el riesgo de muerte.
"El tiempo es esencial cuando se responde a una hemorragia posparto, de modo que las intervenciones que eliminen los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento pueden revolucionar la salud materna", señaló el responsable del ensayo, el profesor Arri Coomarasamy.
La nueva recomendación de la OMS pasa así por una detección rápida y exacta de la hemorragia, a la que debe seguir un tratamiento inmediato y en conjunto -cuando sea indicado- que incluya masajes uterinos, medicinas para contraer el útero y detener el sangrado, y fluidos intravenosos.
Con estas indicaciones también se notó que se reduce la tasa de transfusiones sanguíneas, lo que es de particular importancia en los países de bajos ingresos, donde la sangre es un bien escaso y caro.