La especialista señaló que los alimentos light pueden ser reducidos en azúcar o estar elaborados con algún sustituto de ésta, “pero pueden tener la misma grasa; un pastel light, por ejemplo, no funciona”.
Puntualizó que comer de manera adecuada y suficiente es esencial en una dieta para bajar de peso, “omitir una comida al día o consumir menos calorías de las que requiere el organismo puede ser contraproducente”.
Dijo que una persona, al reducir el número de calorías, ocasiona que el organismo entre en un periodo de adaptación, de este modo capta que no le dan alimentos, por lo que el metabolismo funciona más lento y tarda más tiempo en perder peso.
“Si la persona, por alguna razón vuelve a consumir la cantidad de alimentos que antes acostumbraba, el organismo sigue su tendencia a la lentitud, entonces viene el rebote”, explicó.
“Quien proporciona a su cuerpo la cantidad de alimentos que necesita, hace que su organismo trabaje rápido y queme más calorías”, manifestó.
Recomendó hacer tres comidas principales y dos refrigerios (que pueden ser consumo de frutas y verduras), lo que ayuda a perder peso, así como 150 minutos semanales de actividad física, como caminar de manera vigorosa.
Se debe contemplar en la dieta las cantidades adecuadas de alimentos según edad, sexo, condición fisiológica y actividad física; además de alimentarse de manera equilibrada, puntualizó.
“A veces se sataniza el consumo de hidratos de carbono que están presentes en cereales, frutas y verduras, pero son parte de la dieta, hay que consumirlos, además de alimentarse con proteínas y lípidos”, indicó.
Explicó que hay tres grupos de alimentos: verduras y frutas; cereales y leguminosas; y alimentos de origen animal.
“Al hacer una de las tres comidas principales hay que incluir alimentos de cada grupo; por ejemplo, en el desayuno fruta con yogurt y cereal, o huevo con verduras”, subrayó.
Añadió que las porciones de frutas y verduras al día deben de ser de 400 gramos, y se le debe dar prioridad a las primeras, así como podrían ser tres porciones de verduras y dos de frutas.
Destacó que iniciar la comida con una ensalada o el desayuno con fruta trae beneficios a la salud, porque aportan al organismo fibra, vitaminas y minerales, y fitoquímicos, asociados con la prevención de cáncer.
“Masticar más, manda al cerebro la señal de que estamos comiendo y se logra con mayor rapidez la sensación de saciedad”, destacó.
Indicó que hay que consumir mayor cantidad de leguminosas en comparación con alimentos de origen animal, es decir, frijoles, habas, lentejas y garbanzos.
Aconsejó consumir dos veces por semana carne roja, un día no consumir carne, sino leguminosas y el resto de la semana carne blanca; comer las leguminosas con cereales, “y el taco de frijol es una excelente combinación, pues contiene maíz y leguminosa”.
La especialista recomendó la visita al nutriólogo para adquirir hábitos saludables alimenticios, “porque orientan a los pacientes, de manera que ellos después puedan alimentarse de forma adecuada”.