De acuerdo con la agencia de publicidad AC McGarryBowen, servirse en un plato pequeño es importante porque le cabe menos, aunado a que el tamaño y el color de la vajilla afecta la percepción e influye en la cantidad de comida que se ingiere.
Investigadores de psicología de la alimentación recomiendan platos pequeños porque esto logra “engañar al cerebro”, pues lo hace pensar que las porciones son más grandes de lo que realmente son, detalla en un comunicado.
Otro método es servir un plato de manera balanceada, donde una guía es el Plato del Bien Comer, herramienta visual para saber si se integran ingredientes de todos los grupos alimenticios (frutas y verduras, cereales y tubérculos, leguminosas y alimentos de origen animal).
Así como elegir porciones chicas, es decir, tener cuidado a la hora de servirse u ordenar en un restaurante. Para calcular las porciones se pueden usar las manos: si se trata de proteína animal como carne, debe ser del tamaño de la palma.
En caso de las leguminosas (garbanzos o frijoles) que sean del tamaño del puño cerrado; los granos enteros como arroz y quinoa pueden contarse también con el puño cerrado, y considerar dos rebanadas de pan integral o dos tortillas de maíz como una porción de cereales.
Además, es importante evitar "picar", en particular botana o en fiestas donde se ofrecen bocadillos. En lugar de comer de la charola cada vez que pasa un mesero, es mejor servirse en un plato para ver la cantidad de alimentos que se come.
Por su parte, comer verduras o la ensalada al inicio de la comida es un tip bastante útil para las fiestas donde hay buffet, así el estómago se llenará de alimentos ricos en fibra, vitaminas, minerales y fitonutrientes.
Otro consejo es no llegar a las reuniones con el estómago vacío, regla que también se debe seguir cuando se va al supermercado a hacer las compras, pues varios experimentos demuestran que “ir de shopping” con hambre hace adquirir más productos y gastar más.
Saltar comidas para “desquitarse” después tampoco es una buena idea, refiere la agencia, "no se debe llegar en ayunas a las comidas porque además de hambre se sentirá una gran ansiedad por comerse todo lo que haya de frente".
También se deben elegir bien las bebidas para no consumir grandes cantidades de calorías, por lo que una forma de cuidarse es evitar azúcares de jugos y refrescos: un tequila derecho de dos onzas tiene la mitad de calorías que una cuba libre con soda regular de ocho onzas.
Tomar un vaso de agua entre cada copa es una excelente estrategia para mantenerse hidratado. Para no aburrirse de beber agua simple se aconseja preparar una jarra de agua mineral con rodajas de naranja o un poco de jugo de arándano.
Y finalmente, no dejar de hacer deporte, el cual es crucial para mantenernos en forma durante las vacaciones y el resto del año; lo mejor es ser constante, hacer 30 minutos diarios para tonificar músculos, fortalecer huesos, mejorar el humor y el sueño, entre otros beneficios.