En una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Griffiths detalló que la gran mayoría de las familias sirias están luchando o son incapaces de satisfacer sus necesidades básicas alimentarias, especialmente aquellas familias encabezadas por mujeres.
Los precios de los productos de la canasta básica han subido más de un 90 % este año, más de 12 millones de sirios -más de la mitad de la población- sufren por llevar comida a la mesa y el número de personas que necesitan ayuda humanitaria ha pasado de 13.4 millones a 14.6 millones.
"Se espera que esta cifra alcance los 15.3 millones en 2023", dijo el responsable de la ONU antes de subrayar: "Temo que 2023 no traerá mucho alivio al pueblo sirio".
Entre enero y noviembre, según datos de la ONU, 138 civiles han muerto y otros 249 han resultado heridos en los combates entre las partes.
Además, el país ha sufrido un brote de cólera -el primero en 15 años- que ha afectado a por lo menos 62,000 personas, de las cuales 100 han fallecido.
"Necesitamos con urgencia fondos adicionales para continuar respondiendo al brote, así como suministros médicos, apoyo a los laboratorios y capacitación para los trabajadores sanitarios", subrayó Grffiths, que también aludió a los rigores del invierno y a la ayuda necesaria para atender las necesidad urgentes de seis millones de personas, un 33 % más que el año pasado.
Ante esta sombría situación, el jefe humanitario hizo hincapié en que el Plan de Respuesta Humanitaria de 2022 sólo ha recaudado un 43 % de los fondos presupuestados, lo que Griffiths calificó como un hecho "sin precedentes".
"Millones de personas cuentan con su apoyo, ahora más que nunca" dijo dirigiéndose a los 15 países reunidos en el Consejo de Seguridad.