Para otros ocho detenidos se ha solicitado prisión preventiva y se está a la espera de una decisión, ha señalado una portavoz de la Fiscalía a la agencia EPA. Los otros dos detenidos no han sido aún enviados a prisión.
A los detenidos se les acusa de haber colaborado en el atentado o de tener vínculos con una organización terrorista relacionada con el ataque, que fue ejecutado por un hombre de 20 años, austríaco de padres macedonios, que había intentado en 2018 unirse al grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria.
La Policía mató a tiros al terrorista, que utilizó varias armas de fuego y un machete para matar a cuatro personas y herir a otras 22 en una zona de bares y restaurantes del centro de Viena.
Las investigaciones se desarrollan también en Suiza, donde dos sospechosos han sido arrestados, y en Alemania, donde la Policía ha registrado las viviendas y oficinas de otras cuatro personas que se creen vinculadas con el atacante de Viena.
El Gobierno austríaco ha reconocido que huno "errores de comunicación" después de que se haya sabido que los servicios eslovacos avisaron el pasado verano de que la persona que luego cometió el ataque había tratado de comprar munición.
La oposición ha criticado al Ministerio de Interior por no haber reaccionado ante esa información, más aún cuando se refería a una persona que había cumplido condena por haber tratado de unirse al EI y había sido puesta en libertad y seguido un programa de desradicalización.
El Gobierno ha anunciado que cerrara mezquitas donde se cree se difunden mensajes islamistas radicales, en una medida acordada con la propia comunidad musulmana de Austria que ya ha resultado en el cierre de un templo.
La mezquita cerrada no es la que frecuentaba el terrorista y donde se cree que se radicalizó, informa la agencia APA.