En su ponencia, Juan Manuel López Arroyo, titular de la Unidad de Planeación y Relaciones Internacionales de la Secretaría de Desarrollo Social, afirmó que durante el sexenio se han implementado programas para disminuir el rezago alimenticio infantil como el Sistema Nacional para la Cruzada contra el Hambre que busca atender a un millón y medio de niñas y niños que sufren desnutrición aguda.
Añadió que los infantes vulnerables fueron localizados por medio de la georreferenciación, la cual establece las zonas prioritarias y de mayor rezago. Indicó que en la actualidad se implementa en los estados de Chiapas y Tlaxcala un piloto con la cooperación del DIF estatal para desarrollar una estrategia adecuada en materia de desnutrición.
Subrayó que la Cruzada contra el Hambre fue resultado de la aceptación de que en el país existe hambre y no sólo en el sentido de la falta de alimentos, sino como la connotación más grande de la pobreza.
Dijo que el programa busca reencontrar a la política pública como un verdadero satisfactor de derechos sociales y no como una mera orientación presupuestal; sin embargo, recalcó que aún es necesario crear un Sistema Nacional de Peso y Talla con la finalidad de brindar una atención adecuada en materia de nutrición.
Además, trabajar en una política social donde se ponga énfasis especial en la desnutrición infantil y que se trabaje en la creación de una Coordinación Interinstitucional con estados y municipios, ya que este problema no debe ser atendido por una sola dependencia.
Por su parte, Daniel Ramírez Castillo, director general de Alimentación del DIF Nacional, habló sobre el Programa de Atención a menores de 5 años. Mencionó que según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 6.3 millones de niños murieron en el orbe antes de cumplir cinco años, durante 2013.
Agregó que más de la mitad de estos fallecimientos pudieron haber sido evitados con el adecuado acceso a intervenciones médicas simples, pues se trata de padecimientos como la neumonía, complicaciones por parto prematuro y la malaria.
En tanto, el 45 por ciento de las muertes está asociado con la mal nutrición, esto porque los infantes tienen la necesidad de mayores cantidades de calorías, debido a la velocidad de su crecimiento y a que el cerebro alcanza el 95 por ciento de su desarrollo durante los primeros cinco años de vida.
Destacó que en México casi 3 por ciento de la población infantil presenta bajo peso, 13.6 muestra baja talla, 1.6 sufre desnutrición aguda y 9.7 por ciento sobrepeso.
Por ello, consideró fundamental que los programas federales tomen como prioridad a los infantes de cero a seis años, pues representan una inversión al país.
Juan Ángel Rivera Dommarco, director adjunto del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, subrayó que invertir en la promoción de la nutrición tiene grandes beneficios.
“Es una ventana de oportunidades para el desarrollo humano, pero hay que actuar en los primeros mil días de vida, ese tiempo es crucial para el crecimiento de los infantes”.
En México, dijo, más de un millón de niños presentan sobrepeso y alrededor de 2 millones padecen anemia, un problema grave y contradictorio, en un país que por su ingreso per cápita podría tener resueltas esas problemáticas.
Una buena nutrición repercute en el desarrollo social y existen acciones específicas comprobadas para lograr ese objetivo a muy bajo costo, aseguró. “Una correcta nutrición coadyuva a un buen rendimiento escolar y posteriormente a un adecuado crecimiento profesional, redundando ello en mayor progreso económico para el país”.
Respecto a la lactancia, precisó que protege contra enfermedades, disminuye la mortalidad y tiene ventajas para el desarrollo mental de los niños. “Es una inversión en el desarrollo de habilidades y capacidades, previene la desnutrición y es parte fundamental para el desarrollo humano”, apuntó.
Pese a los beneficios, indicó que en México el promedio de lactancia materna ronda apenas los 9 meses, cifra por debajo de países como Chile o Brasil.
Finalmente, señaló que el programa Prospera entrega a sus beneficiarios un suplemento que ayuda a nutrir correctamente a los niños en situación vulnerable.