El destino de la que puede considerarse la orca más mediática del mundo fue el centro de discusión este martes en Miami entre un variopinto grupo de personas, incluidos indígenas que aseguraban saber dónde está la madre de Lolita, quienes la conocen como "Tokitae", y que por unanimidad pidieron su vuelta a las aguas donde fue capturada.
El encuentro, que estuvo organizado por el grupo Amigos de Lolita, llega después de que el pasado mes de octubre saltaran las alarmas por los problemas de salud del cetáceo, un motivo más de preocupación para todos los que siguen de cerca la vida del animal y que temen ahora que pudiera morir antes de volver con la que creen es su madre, que tendría más de 80 años.
La emotividad afloró durante la intervención de la artista Tina Rodríguez, quien, entre sollozos, llegó a decir que Lolita necesitaba reunirse con su madre porque "sabe que está en el final de su vida".
Pritam Singh, uno de los fundadores de la organización Amigos de Lolita y quien sufraga financieramente de forma personal los gastos de mantenimiento de la orca en el Miami Seaquarium, dijo este martes a EFE que está a favor de que la orca sea devuelta a aguas de la costa noroeste del Pacífico que comparten EE.UU. y Canadá.
PUESTA EN COMÚN DE OPINIONES
El empresario dijo que precisamente la reunión de este martes tenía como objetivo que se pongan en común las distintas opiniones para que sea tomada una decisión, si bien reconoció que los pasos a seguir no son sencillos, entre otros motivos porque para un cambio se necesitaría el visto bueno de cuatro agencias gubernamentales.
"Tenemos que trabajar juntos y traer soluciones", sostuvo Singh, después de matizar que para que la orca volviera a donde fue capturada habría que, primero, conseguir los permisos de las agencias públicas con responsabilidad en el caso; en segundo lugar, acotar en un punto de la costa noroeste del Pacífico un hábitat donde el animal estuviera controlado, y por último, acometer el pago de toda la operación.
A principios de octubre, los veterinarios y cuidadores de Lolita, se mostraron muy preocupados por la salud de la orca, que fue sometida a un tratamiento para combatir una infección general que le permitió mejorar.
Los temores entre los seguidores de Lolita aumentaron también después de que la organización Personas por un trato ético para los animales (PETA, por sus siglas en inglés) protestaran a finales del pasado octubre frente a las instalaciones del Miami Seaquarium, donde, como denunciaron, se viola el bienestar animal.
DUDAS SOBRE LAS CONDICIONES
Según PETA, los delfines estarían mal alimentados y en el caso de la orca su sufrimiento está relacionado con el hecho de estar confinada en un tanque de agua de tamaño muy reducido.
La oceanógrafa de la Universidad de Miami (UM) Claire Beatrix Paris-Limouzy dijo a EFE que una orca de las dimensiones de Lolita necesitaría un espacio mucho más grande, primero porque en el lugar en el que está ubicada no puede sumergirse, una acción que los ejemplares de esta especie hacen hasta llegar a los 90 metros de profundidad, lo que les permite contar con más oxígeno en la sangre.
Según datos facilitados por activistas, Lolita, vendida al Miami Seaquarium por cerca de 20,000 dólares, está confinada en una piscina de unos 60 pies (18 metros) de longitud y una profundidad máxima de 20 pies (6.1 metros).
"Lolita debería ser llevada a la zona del mar donde fue capturada, allí está su madre", aseguró Charlene Aleck, representante de la nación indígena Tsleil-Waututh, para la que las orcas tienen un significado religioso en su cultura.
Durante las intervenciones se insistió en la dudas sobre las condiciones que soporta el animal en Miami, aunque Singh dejó claro que no tiene duda de que la calidad del agua es la adecuada y que se hacen los esfuerzos para garantizar el bienestar de la orca.
Desde el 24 de septiembre de 1970, Lolita permanece en el Miami Seaquarium, que fue abierto en 1955 en una isla de la Bahía Vizcaína, entre Miami y Key Biscayne.
La reunión de este martes, tal y como matizó Singh, es solo uno de los pasos antes de tomarse una iniciativa sobre el futuro de Lolita que, no se sabe hasta cuándo, permanecerá en el acuario de Miami.