La transición energética "no solo depende de producir más energía limpia, sino también de usar mejor la que ya tenemos", explica el CEO de Sistema CAE by Efimerit, Federico Cerrato, con la vista puesta en el Día Mundial de la Eficiencia Energética, que se celebra cada 5 de marzo desde que en esa fecha de 1998 se organizara la primera conferencia internacional sobre este tema.
De acuerdo con Cerrato, "el éxito de la descarbonización está en la combinación de la producción renovable y la eficiencia".
Opinión similar es la del presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética (AE3), Ginés Ángel García. quien ha especificado que, en el caso de España, la presión regulatoria y los beneficios económicos "han impulsado avances en todos los sectores" pero, aun así, el ritmo "debe acelerarse" para cumplir los objetivos europeos comprometidos de neutralidad climática.
Los sectores industriales con alto consumo energético "como la siderurgia, el cemento o la cerámica" son los que afrontan mayores dificultades para aplicar medidas de eficiencia energética "debido a la complejidad de sus procesos y a las inversiones necesarias".
En cuanto al sector transporte, es el que "mayor consumo energético registra" y "por tanto es donde existe mayor margen de mejora", identifica García.
Algunas medidas de eficiencia energética pasan por el impulso al teletrabajo, la climatización de los edificios y optimización de su ocupación, el control del alumbrado exterior o la reducción del uso de papel, plástico y consumibles.
Regulación europea
En 2012, la UE aprobó la directiva que introdujo el plan 20/20/20, con el objetivo de reducir un 20 % las emisiones al tiempo que aumentaba en un 20 % la energía procedente de fuentes renovables para 2020.
Cumplida esa fecha, Bruselas dio un paso más con el plan 'Fit for 55', una nueva directiva calificada por Cerrato como "más ambiciosa" que busca reducir al menos un 55 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, tomando como referencia los niveles de 1990.
Para cumplir este objetivo, España creó el Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), que supone una obligación para las empresas energéticas (comercializadoras de electricidad, operadoras de gas y petróleo), de aportar al FNEE una cuantía económica anual con la que subvencionar actuaciones de eficiencia energética.
Sin embargo, Cerrato denuncia que "en ocasiones estas subvenciones se tornan ineficientes, bien porque no llegan a todo el mundo, bien porque se centran en una medida concreta sin considerar el contexto".
Sistema CAE
Así, en 2023, surge el Sistema CAE, imitando el modelo que se usa en países como Francia, Italia o Polonia: certificados que acreditan el ahorro de energía obtenido tras llevar a cabo una actuación de eficiencia energética y que pueden ser vendidos por los propietarios del ahorro a los sujetos obligados (empresas del sector energético), los que a su vez pueden justificar así que han patrocinado actuaciones de eficiencia y sustituir su aportación a la cuenta corriente estatal del FNEE.
Únicamente en el primer año de trayectoria del sistema CAE en España ha sido posible acumular 2 teravatios-hora de ahorro al año; 500.000 toneladas de dióxido de carbono reducidas; 200 millones de euros de reducción en la factura energética y 230 millones de euros en ingresos adicionales al vender los ahorros, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Para el CEO de Creara Energy Experts, Rodrigo Morell, este sistema "abre nuevas oportunidades": las empresas con obligaciones cumplen sus compromisos "de forma flexible y eficaz" y los consumidores finales "pueden monetizar" las medidas de eficiencia con las que están consiguiendo ahorro de energía.
Además, aporta "una mayor seguridad financiera a las inversiones al no depender de subvenciones que pueden resolverse desfavorablemente, tienen carácter temporal y un tiempo mucho más largo de recuperación de la inversión financiada" y es compatible con otras ayudas".