El gobierno carece de capacidad de respuesta, agrega antes de recordar que desde septiembre de 2016 las fuerzas armadas venezolanas están a cargo de la alimentación, pero ahora la situación es peor.
"¡Ya no hay ni pan en las panaderías!" dice en declaraciones a la Deutsche Welle.
Agrega que la situación que vive Venezuela ha hecho que muchos de sus pobladores emigren a países vecinos donde están causando presión alimentaria.
Esa es la situación que se vive con alarma en Colombia, Trinidad y Tobago y hasta Guyana, donde incluso ya no es posible asumir el número y el costo de los tratamientos de malaria de los venezolanos que llegan.
Denuncia que hay un vacío en la información, a pesar de que los datos existen.
Explica que el último boletín bimensual del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN), del Instituto Nacional de Nutrición, data de 2007, a pesar de que el personal que prové la información la sigue dando mes a mes.
Que el gobierno tenga las estadísticas en sus manos y no las haga públicas desata en mí un pesimismo enorme porque, si el Ejecutivo tuviera cifras más alentadoras que las manejadas por Cáritas, ya habría refutado los cuatro informes que hemos publicado desde 2016, señala.
Recuerda que en octubre pasado a la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, se le escapó decir al canal de noticias Al Jazeera, "que en Venezuela no había una crisis humanitaria, sino una disminución de la oferta calórica que el Estado puede garantizarle a la población."
"¡Yo nunca imaginé que en mi país llegaría a escuchar al Gobierno decir que no hay suficiente comida para todos! Esas son declaraciones muy fuertes…", afirma Raffalli.
Raffalli es personal humanitario de la red de organizaciones caritativas Oxfam, asesora externa de la ONG Cáritas y diseñadora de su Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención Nutricional (SAMAN).