Más de 200 personas se reunieron este miércoles en la sinagoga de Park East, la más representativa del Alto Manhattan, entre ellos, líderes locales de diferentes religiones que junto a varios representantes diplomáticos pidieron a todas las comunidades que se mantengan “unidas contra el odio”.
La cita fue para honrar a las víctimas del tiroteo mortal a manos de un pistolero en la sinagoga “Árbol de la vida” en la ciudad de Pittsburgh, en Pensilvania, Estados Unidos, que dejó once muertos y seis heridos el sábado pasado.
“Desde que me convertí en Secretario General he levantado mi voz contra lo que creo es un aumento del antisemitismo en muchas de nuestras sociedades, y principalmente en Europa y Norteamérica”, dijo António Guterres durante la conmemoración, quien calificó el crimen del sábado como un “acto horrible”.
Guterres citó otras formas de odio antirreligioso que se ven actualmente, también contra cristianos y musulmanes alrededor del mundo, y recordó que el antisemitismo es “la forma más antigua y más permanente de odio que ha sufrido la historia de la humanidad”.
El titular de la ONU llamó a una “fuerte inversión en la cohesión de las sociedades” y resaltó la responsabilidad de los líderes de organizaciones internacionales, partidos políticos, religiones y organizaciones de la sociedad civil, de abordar las causas fundamentales que están socavando la unidad y creando condiciones para que las demostraciones del odio sean cada vez más frecuentes y negativas.
“He pasado por lo peor, he visto lo mejor y lo peor del hombre, y lo mejor prevalecerá”, aseguró el rabino superior de la sinagoga Park East, Arthur Schneier, un sobreviviente del Holocausto cuya familia fue asesinada en el campo de exterminio nazi de Auschwitz.
El presidente del Centro Cultural Islámico de América del Norte, Sheikh Musa Drammeh, también estuvo presente y aseguró que “es hora de la nación esté a la altura de las circunstancias y prohíba el odio”.
Guterres, quien fue también Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, recordó que trabajó estrechamente con la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante. La Congregación del Árbol de la vida apoyaba esa Sociedad, y eso fue uno de los factores que impulsaron al pistolero antisemita a atacar la sinagoga.
"Son una verdadera expresión del humanitarismo, pero también del humanismo y la solidaridad", dijo, lamentando que el presunto autor de la matanza eligiera atacar una organización que "es el símbolo de todo lo que él considera bueno en el mundo".
Otros líderes religiosos que asistieron, expresando su rechazo común de todas las formas de violencia, intolerancia y antisemitismo, fueron el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York; el arzobispo Demetrios, primado de la archidiócesis ortodoxa griega de América; y el arzobispo Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas.