Los trabajadores del monumento, símbolo de la capital francesa, se quejaron de que el nuevo sistema de reserva y venta de boletos provoca la formación de filas de visitantes que pueden prolongarse hasta por más de tres horas lo que dificulta el trabajo de los vigilantes y de los encargados de recibir a los visitantes.
“Además de los problemas de eficacia, insatisfacción de los visitantes, los agentes de acogida están agotados”, denunciaron fuentes del principal sindicato francés, la CGT (Confederación General del Trabajo).
Los agentes encargados de gestionar la entrada aseveraron que el sistema empeoró significativamente sus condiciones laborales por lo que decidieron convocar los paros.
Desde ayer por la tarde los accesos a la Torre Eiffel permanecen cerrados y esta mañana continuaba colgado el cartel de cerrado.
“Con los fuertes calores actuales, hay malestar en las filas, tensión, enojo, los visitantes están muy descontentos. Los entendemos.
Para los agentes la situación es imposible de gestionar”, declaró a la prensa local el sindicalista Denis Vavassori.
En un mensaje publicado en redes sociales, la Sociedad de explotación del monumento (SETE, por sus siglas en francés) se excusó por “las molestias ocasionadas” a los turistas y les pidió que estuvieran al pendiente de su correo para avisarles de una eventual reapertura del monumento.
En este periodo del año París está en temporada alta turística y la Torre Eiffel recibe un promedio de 25 mil visitantes diarios.
El año pasado el monumento, inaugurado en 1889, recibió 6.2 millones de visitantes.