Potts, un ex veterano de las fuerzas aéreas que se consideraba un "revolucionario", secuestró en marzo de 1984 un avión que volaba de Nueva York a Miami con 57 pasajeros a bordo y lo obligó a aterrizar en Cuba.
Según la acusación del juzgado de Florida que lleva el caso, Potts amenazó con volar el avión y disparar a pasajeros si aterrizaba en Miami, por lo que el piloto desvió la nave a La Habana.
Según dijo en entrevistas los pasados años, Potts creía que a su llegada a Cuba sería considerado un revolucionario y recibiría entrenamiento militar para iniciar su propio levantamiento contra el gobierno estadounidense, pero en vez de ello fue detenido por agentes cubanos y condenado por piratería aérea a 15 años de cárcel, de los que cumplió 13.
En entrevista con la cadena CNN, cuyo corresponsal viajó con él en el vuelo que este miércoles lo llevó a Miami, Potts dijo que decidió a regresar porque echaba de menos a su familia -las dos hijas que tuvo con una mujer cubana tras su liberación viven en Estados Unidos y manifestó su interés en "disculparse" ante la tripulación y pasajeros del avión que secuestró hace casi tres décadas, un acto que lamenta desde entonces, aseguró.
"Ese acto terrorista me ha perseguido desde entonces", dijo Potts, quien reconoció que no sabía a ciencia cierta qué le espera en Estados Unidos.
Nada más llegar al aeropuerto de Miami, Potts, que hoy tiene 56 años, fue detenido por agentes del FBI. Se espera que Potts comparezca mañana ante el juez.
La duda está en si la justicia estadounidense aceptará como condena cumplida los años que Potts pasó en la cárcel en Cuba o si le realizará un nuevo juicio con sentencia completa al final. Si es condenado, se enfrenta a un mínimo de 20 años de cárcel y a un máximo de cadena perpetua.