"China apoyará enérgicamente su soberanía, seguridad e intereses en el desarrollo", dijo Li. En su primer balance ante los casi 3,000 delegados, que comenzaron su sesión de nueve días en el Gran Salón del Pueblo, el jefe de gobierno describió a China como "un poder responsable" que jugará "un rol constructivo en la resolución de temas globales y conflictivos". El presidente Xi Jinping y otros líderes del partido se encontraban entre los delegados que escucharon el discurso de Li.
Se cree que la sesión de nueve días se centrará en políticas para combatir la corrupción, alentar los negocios privados, controlar la inflación, llevar los beneficios del desarrollo a las áreas rurales y promover la estabilidad social. Después de que un severo smog cubriera el 15 por ciento de China el mes pasado, se cree que las medidas para combatir la polución del aire serán otro de los grandes temas de la reunión.
Los delegados dedicaron un minuto de silencio a las víctimas del atentado terrorista contra la estación de tren de Kunming, en el suroeste de China, en el que murieron 29 personas el sábado y 140 resultaron heridas. Las autoridades responsabilizan a separatistas de Xinjiang.
El rearme se produce con las tensiones entre China y Japón así como con otros vecinos por las islas en el Mar de China Oriental y el Mar de China Meridional de fondo. Como objetivo de crecimiento económico, el premier habló de un 7.5 por ciento, con una inflación anual de los precios al consumidor de alrededor del 3.5 por ciento.
El crecimiento anual cayó al 7.7 por ciento en los últimos dos años, el más bajo desde 1999, y no se espera que crezca este año. "Las reformas tienen este año la más alta prioridad", dijo Li, que quiere dar al mercado un papel decisivo. El primer ministro afirmó que China enfrenta un "ambiente complejo" doméstica e internacionalmente, con una creciente incertidumbre sobre la recuperación económica global.
"Están surgiendo problemas profundos, habrá que hacer ajustes estructurales dolorosos, el ritmo del crecimiento económico está cambiando y la presión hacia abajo sobre la economía sigue siendo grande".
El presupuesto de defensa, con 808,000 millones de yenes (unos 95,000 millones de euros ó 130,000 millones de dólares) es uno de los presupuestos que más fue ampliado.
En una posible referencia a Japón, que cuestiona la soberanía de islas en el Mar de China Oriental, Li subrayó: "No le permitiremos a nadie cambiar el curso de la historia".
China debería convertirse en "un país socialista moderno que sea próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y armonioso", dijo Li. Sin embargo, no hizo ninguna mención a un acercamiento a una democracia de varios partidos. (DPA)