Según el informe, en las diez principales ciudades del país, y sus respectivas regiones metropolitanas, hubo 71 protestas durante los 12 días previos al inicio del torneo, el 12 de junio, y 43 en los 12 siguientes.
El informe se basa en datos suministrados a diario por la policía, los organismos de vigilancia del tránsito, los movimientos sociales y los sindicatos, y por información divulgada en medios de prensa.
Además de haberse reducido el número de manifestaciones, cambió el motivo de las mismas.
De acuerdo con el informe, en el periodo estudiado se redujeron las protestas en demanda de reajustes salariales y mejoras en las condiciones de trabajo, al tiempo que prosperaron las manifestaciones contra los gastos en el Mundial.
"A los brasileños les gusta mucho el fUtbol", sintetizó el politólogo y profesor universitario Joao Feres Júnior.
La misma razón para explicar la falta de adhesión a las protestas, que antes del Mundial se perfilaban como una de las más serias amenazas al éxito del mismo, fue mencionada por un integrante del Comité Popular de la Copa, Thiago Ávila. La entidad es una de las que centraliza los movimientos contrarios al Mundial.
El mayor interés de la población es "ver los partidos", admitió.
Algunas protestas puntuales después de iniciarse el torneo tuvieron lugar en Río, que recibirá la final el 13 de julio, y Sao Paulo, que acogió el choque de apertura y otros cinco partidos.
En ambas ciudades, actos en los que participaron anarquistas "Black Blocks" terminaron con enfrentamientos entre policías y activistas y varios detenidos.
En cambio, protestas como la realizada el lunes en Río de Janeiro por habitantes de las favelas en contra de la violencia policial y la que llevan adelante desde el martes integrantes de los "sin techo" en Sao Paulo, quienes reclaman la construcción de más viviendas populares, trascurren sin incidentes. (DPA)