El juicio contra estos 683 islamistas, que continuó hoy, es parte del proceso en el que la corte de Menia condenó el lunes a muerte a otros 529 seguidores del derrocado presidente islamista Mohamed Mursi.
Los más de 500 condenados del lunes fueron hallados culpables de asesinato, disturbios y de atacar comisarías de policía en la localidad. También a los 683 a los que se juzga ahora se les acusa de participar en violentos disturbios.
Los islamistas protestaron en todo Egipto a mediados de 2013 tras la destitución de Mursi en julio por parte del Ejército. Después de que las manifestaciones fuesen reprimidas con violencia en El Cairo y Alejandría, con más de mil muertos, en la provincia de Menia, en el Alto Egipto, se produjeron disturbios también con muertos.
Las condenas a muerte dictadas el lunes, que se pueden recurrir, generaron un amplio rechazo en todo el mundo.
Según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el fallo de Menia supone un abuso de los derechos humanos. Las sentencias a muerte deben cumplir con los estándares de un proceso justo, recordó hoy una portavoz de este organismo de la ONU. Pero en este caso los derechos de los acusados fueron gravemente ignorados, explicó.
La Alta Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, rechazó por su parte las condenas a muerte. El gobierno de Estados Unidos mostró también su desacuerdo con la decisión del tribunal. "Va en contra de toda lógica que se pueda juzgar a 529 acusados en dos días cumpliendo los estándares internacionales", dijo en Washington la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Marie Harf. (DPA)