En la actualización mensual que divulga en su página de internet, la institución indicó que la tasa referencial para créditos (LPR, en inglés) a un año se mantendrá en el citado nivel hasta, al menos, dentro de un mes.
Este indicador, establecido como referencia para los tipos de interés en 2019, sirve para fijar el precio de los nuevos créditos -generalmente, para empresas- y de los de interés variable que están pendientes de devolución.
Su cálculo se lleva a cabo a partir de las contribuciones a los precios de una serie de bancos -incluyendo pequeños prestamistas que tienden a tener mayores costos de financiación y mayor exposición a créditos morosos-, y tiene por objetivo rebajar los costos del endeudamiento y apoyar a la 'economía real'.
El BPC acometió en julio una rebaja de 10 puntos básicos de la LPR a un año, hasta el 3.35 %.
Aquella fue la primera reducción de la LPR a un año en 2024, con los expertos apuntando a que el banco central estaba apostando por la cautela ante la divergencia con otras potencias -donde la tendencia de los tipos había sido al alza para contener la inflación- y la consiguiente presión sobre el tipo de cambio de la divisa nacional, el yuan.
Más adelante, en octubre, el organismo anunció una rebaja de 25 puntos básicos, hasta el 3.1 %, dato que se mantuvo en noviembre.
El banco central también indicó este viernes que la LPR a 5 años o más -de referencia para préstamos hipotecarios- seguirá en el 3.6 % tras haber bajado 15 puntos básicos en octubre, también en línea con lo anticipado por los analistas.
En las últimas semanas, Pekín ha anunciado una serie de medidas de estímulo que llegaron después de un recorte de tipos en Estados Unidos, con el presidente chino, Xi Jinping, pidiendo elevar los esfuerzos para conseguir el objetivo de crecimiento económico para este año, de en torno a un 5 %.
Recientemente, el Politburó, segundo escalafón de mando del Partido Comunista de China (PCCh), prometió políticas fiscales "más proactivas" y una "flexibilización moderada" en materia monetaria con el objetivo de "impulsar el consumo de forma enérgica" en 2025, apuntando como metas "expandir la demanda nacional" y "mejorar la eficiencia de la inversión".
Aunque Pekín prometió más "ajustes anticíclicos extraordinarios" y "enriquecer la 'caja de herramientas' política", el Politburó también incidió en el principio de "buscar el progreso y mantener al mismo tiempo la estabilidad", haciendo hincapié en la reducción y prevención de riesgos en áreas clave de la economía
La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial.