En una carpa cerrada instalada en la terraza de un bar de copas del centro de La Haya, a unos metros del Parlamento, una multitud de personas bailaron, bebieron y cantaron para celebrar las últimas horas de apertura de la hostelería, sin distancia, ni mascarillas, y saltándose la prohibición de aglomeraciones y de cantar para evitar contagios.
La Policía intervino a las 22:00 horas, momento en el que entraron en vigor las medidas del "confinamiento parcial", aunque no está claro el número de asistentes a esa fiesta ilegal que ha alarmado al Parlamento, Gobierno y el propio municipio de La Haya, y cuyas imágenes han saltado a la prensa local e internacional.
El alcalde, Jan van Zanen, consideró que los participantes en la fiesta fueron "completamente irresponsables" y explicó que "a estas personas no les importan los sanitarios que trabajan duro, los pacientes que están en las UCI, ni aquellos que han visto cómo sus cirugías se posponían" por la saturación hospitalaria.
Anunció una investigación para imponer multas, tanto a los involucrados en la fiesta como al propietario del bar, porque "su comportamiento fue egoísta", aunque situaciones similares se repitieron también en otras ciudades neerlandesas, como Róterdam.
Para el socialdemócrata Lodewijk Asscher, la fiesta fue una acción "pésima" y "demuestra que todavía tenemos un largo camino que recorrer para abordar juntos el coronavirus", mientras que la progresista Hanneke van der Werf lamentó que los asistentes a la fiesta "no han entendido absolutamente nada" de la gravedad de la situación.
SATURACIÓN Y CONTAGIOS ENTRE SANITARIOS
Los servicios de emergencia de las grandes ciudades -Ámsterdam, Róterdam y La Haya- se han visto ya obligados a impedir el acceso a más pacientes durante varias horas porque todas las camas que tenían disponibles estaban ocupadas, por lo que han desviado estos días las ambulancias a otros centros, confirmó Ernst Kuipers, de la Red Nacional de Cuidados Intensivos.
Además, empieza a preocupar el aumento de los contagios entre los sanitarios. A modo de ejemplo, el Centro Médico Erasmus cuenta una media de 30 a 50 empleados que dan positivo en coronavirus cada día, lo que amenaza con un mayor absentismo laboral entre los sanitarios y por ende en una mayor reducción de la atención regular.
Según la Red Nacional de Cuidados Intensivos, si la tendencia actual de contagios continúa, más de 5,700 pacientes con Covid-19 estarán hospitalizados a finales de noviembre, lo que, en el peor de los casos, supondrá una reducción de un 75% en la atención regular.
En el mejor escenario, y si las medidas tienen efecto, se reducirá aún así el 40% de la atención regular y habrá unas 3,300 personas con Covid-19 en los hospitales a finales del próximo mes.