El nivel superó en muchos lugares el índice de 400, lo que multiplica por 16 el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El centro meteorológico decretó la alarma por smog para las metrópolis de Pekín y Tianjin, así como para seis provincias: Hebei, Shanxi, Shandong, Henan, Shaanxi y Liaoning.
La capital china, donde la alerta naranja está vigente desde el viernes, sufre ya el séptimo día consecutivo de una contaminación muy alta: el aire está lleno de humo y la visibilidad es de apenas unos cientos de metros.
En Pekín, el valor de partículas en suspensión en el aire multiplicó hoy por entre 17 y 20 los niveles recomendados por la OMS. Los hospitales estaban a rebosar de pacientes con problemas respiratorios, cardíacos o de circulación.
Las autoridades sanitarias recomendaron que las personas mayores y los niños no salgan de sus casas y que los 20 millones de habitantes de la ciudad se protejan con máscaras si tienen que salir a la calle.
Ante las críticas de la población de que no se están tomando medidas para reducir la contaminación, las autoridades de la ciudad respondieron que 36 industrias dejaron de producir y otras 75 redujeron las emisiones contaminantes en un 30 por ciento tras ser obligadas a hacerlo. Además, otras 36 redujeron su producción de forma voluntaria.
Otra de las críticas contra las autoridades es que ante los valores extremos de contaminación no se decretara la alerta roja, la más alta, que impediría la circulación de automóviles y ordenaría más cierres de fábricas.
Los médicos advierten de las consecuencias del smog para la salud, que puede debilitar el sistema inmunológico y facilitar problemas respiratorios, cardíacos o circulatorios.
El smog afectó sobre todo a pacientes con asma, enfermedades de corazón o de los bronquios. Según calculan renombrados científicos chinos, cada año mueren entre 350,000 y 500,000 chinos como consecuencia de la alta contaminación ambiental.
La segunda mayor economía de la Tierra es también la mayor consumidora del mundo de energía, dos terceras partes de la cual procede del carbón y en muchas ocasiones faltan instalaciones de filtrado modernas.
El consumo de energía per cápita en China y respecto al crecimiento económico supera en un 40 por ciento la media mundial. Además, la cifra de automóviles en las carreteras de China aumentó de los 16 millones que había en 2000 a en torno a 100 millones en la actualidad.
En un comentario, el diario China Daily exigió "medidas drásticas" y un cambio de pensamiento de las autoridades, así como castigos para quienes pongan por delante el desarrollo económico a la sostenibilidad. "La contaminación del aire que sufrimos ahora es el resultado de muchos años de desarrollo industrial sin haber prestado la atención suficiente a la contaminación ambiental", escribió el diario.
La supresión de fábricas de cemento o acero contaminantes va muy lenta porque las autoridades locales temen por sus fuentes de ingreso. Y las modernizaciones por la protección del medio ambiente son con frecuencia "lo último" a lo que están dispuestas las autoridades locales, añade el diario. (DPA)