"La credibilidad de la ASEAN depende de su capacidad para actuar con decisión y poner fin a la implacable violencia del Ejército contra el pueblo de Birmania", apunta la misiva firmada por 52 organizaciones birmanas y regionales, como Parlamentarios de la ASEAN por los Derechos Humanos (APHR).
Los primeros ministros y presidentes de la ASEAN, que incluye a Birmania, tienen previsto reunirse de manera telemática desde el 26 de octubre para su cita anual, cuya presente edición organiza Brunéi, y que incluye a sus principales socios, entre ellos Estados Unidos, China o Australia.
"Es hora de que la ASEAN actúe con firmeza. Esto comienza con negar a la junta militar la legitimidad que anhela y que ha sido constantemente rechazada por el pueblo birmano", incide la carta al denunciar la nula cooperación de los militares para solucionar la crisis política y social provocada por el sublevamiento.
Las ONGs argumentan que el gobierno militar, que tomó el poder mediante un golpe de Estado el 1 de febrero, "desprecia" los cinco puntos de consenso alcanzados en abril durante una reunión especial del bloque en la que participó el general Min Aung Hlaing, autoproclamado primer ministro birmano.
Entre los pactos alcanzados en abril se encuentran: el fin de la violencia contra civiles, el envío de ayuda humanitaria y la construcción de un diálogo que incluya a todas las partes para alcanzar una solución pacífica.
Además, la designación de un enviado especial y la visita de este para "reunirse con todas las partes".
El martes se canceló a última hora una reunión entre el mediador nombrado en agosto por la ASEAN, el bruneano Erywan Yusof, y representantes de ochos partidos políticos, en lo que hubiera sido la primera visita del enviado especial a Birmania.
Según el medio birmano Myanmar Now, Yusof retrasó el viaje porque la junta militar rechazó la solicitud de reunión con determinados actores en el conflicto, sin precisar nombres.
La semana pasada, el portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, defendió que Yusof no se reúna con la derrocada líder y premio nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, al afrontar esta "varios procesos judiciales" presentados tras la sublevación.
La misiva también denuncia que a pesar del compromiso alcanzado, la junta birmana ha proseguido con el acoso, detención y asesinato de civiles que se manifiestan en rechazo del mando castrense.
Al menos 1.167 personas han muerto a raíz de la violenta represión ejercida por policías y soldados desde el golpe, que han disparado a matar contra manifestantes pacíficos, según datos diarios publicados por la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos, que también cifra en casi 7.220 los opositores detenidos.