En principio no irá, pero aún es posible que haya un cambio de opinión a última hora", declaró un portavoz del Palacio presidencial de Planalto.
Desde que llegó al poder, en enero de 2003, Lula ha participado en todas las asambleas de la ONU, por lo que esta sería su primera ausencia y justamente en la que supone su última oportunidad de estar presente, pues el próximo 1 de enero entregará el poder al ganador de las elecciones.
Al parecer, la decisión de Lula de no asistir la semana próxima a la Asamblea General está precisamente asociada a la campaña para las presidenciales, en las que se ha implicado a fondo en favor de la candidata oficialista, Dilma Rousseff.
"La agenda interna muchas veces se impone", dijeron las fuentes consultadas por Efe, aunque declinaron precisar si la campaña es el motivo de su decisión.
Según los sondeos, la abanderada del Partido de los Trabajadores (PT) podría ganar las elecciones el mismo 3 de octubre en la primera vuelta, con una votación superior al 50 por ciento.
El propio Lula, cuya popularidad se sitúa en torno al 80 por ciento, ha declarado que está dispuesto a "hacer todo lo posible" para impedir que las elecciones se definan en una segunda vuelta, que sería realizada el 24 de octubre si en la primera ninguno de los candidatos supera la mitad de los votos.
Durante las últimas semanas, Lula ha suspendido toda su agenda externa y viajado por medio Brasil, en giras que combinan tareas de Gobierno y su participación en mítines junto a Rousseff.
Por tradición, el presidente de Brasil es el encargado de abrir los debates de la Asamblea General de la ONU, una responsabilidad que esta vez recaería en el ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, quien sería escogido para representar a Lula.