En una reacción de la empresa en su página web se señala la sospecha de "faltas disciplinarias", la forma en que en China se alude de manera indirecta a los casos de corrupción.
Desde hace más de dos años, el jefe de Estado y de partido de China, Xi Jinping, emprendió una caza en todo el país de los funcionarios corruptos. Xi considera que los comunistas están librando en el país una batalla de supervivencia. En ese sentido, los sobornos y la degradación moral ponen en peligro el monopolio de poder del partido.
Tan sólo el año pasado, el máximo órgano anticorrupción de China, la Comisión Disciplinaria, abrió investigaciones contra 71,748 funcionarios.
Las influyentes empresas estatales son el próximo objetivo de los investigadores. "La corrupción es un gran problema en las empresas estatales y reside en el sistema", dijo a dpa el experto en economía Yang Jisheng. Sólo si se rompe el sistema de enchufes entre Estado, empresas y bancos se puede combatir realmente la corrupción. "Sólo un cambio en el sistema puede aportar mejoras. Hay que poner fin al monopolio", dijo Yang. Sectores como la industria del petróleo están dominados por uno dos grandes grupos estatales.
La Comisión Disciplinaria ya ha anunciado que a lo largo del año enviará equipos a todas las grandes empresas estatales. No se librará ninguna empresa poderosa. En noviembre los funcionarios ya dieron a conocer que estaban investigando ocho grandes empresas. Además de los gigantes del petróleo, pusieron la lupa en la compañía aérea China Southern Airlines, la empresa de telefonoía móvil China Unicom y el fabricante de coches Dongfeng.
Y esperaron a dar el primer gran golpe contra una empresa estatal hasta que concluyese la sesión anual del Congreso Nacional del Pueblo, según apunta el diario "Caixin". Coincidiendo con el fin del Congreso se detuvo al responsable del fabricante de coches FAW, Xu Jianyi, arrestado en su hotel de Pekín. FAW es uno de los mayores fabricantes estatales de coches en China. La empresa colabora estrechamente con Volkswagen y Toyota.
China quiere reformar las empresas estatales. La autoridad para la administración de las empresas estatales (SASAC) ya anunció el año pasado que iba a abrir a otras empresas los sectores dominados hasta ahora por grupos estatales.
Los expertos en economía lamentan desde hace años que las empresas estatales se afiancen en su posición monopolística, lo que retrasa la evolución económica de China. Con los créditos baratos de bancos estatales pueden ampliarse a gran escala sin ningún valor adicional. (DPA)