El expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, de visita en Egipto al frente de una delegación de su organización de observadores electorales, dijo hoy que los militares egipcios quieren mantener una serie de privilegios cuando culmine el proceso de transición a la democracia.
Así lo manifestó en una multitudinaria rueda de prensa en un hotel de El Cairo en la que detalló los contactos que ha mantenido esta semana en Egipto con la Junta Militar, once partidos políticos, entre ellos las formaciones de los Hermanos Musulmanes y los salafistas, ONG y seis candidatos presidenciales, entre otros.
"Tras la reunión con los líderes del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tuve la impresión de que quieren retener algunos privilegios especiales", reveló Carter, pese a que ayer la Junta Militar emitió un comunicado en el que insistía en su voluntad de ceder todo el poder a un Gobierno civil elegido en las urnas.
Carter explicó que los gobernantes castrenses le dijeron que esperan conservar poder de decisión sobre el presupuesto del Ejército y los asuntos que les atañen.
Sin embargo, "los partidos políticos, incluidos los Hermanos Musulmanes, me han asegurado que la decisión final sobre los asuntos militares y otros temas será tomada en el Parlamento y no por los líderes militares", subrayó.
Aun así, el fundador del Centro Carter para la observación electoral dijo que la Junta Militar le comunicó que tiene intención de trabajar "en armonía" con las fuerzas políticas para resolver todos los temas.
"En mi opinión, el Ejército debería estar completamente al servicio del presidente y del Parlamento en cualquier asunto en el futuro, una vez que se haya formado un nuevo Gobierno", zanjó el expresidente.
Asimismo, Carter señaló que en la reunión los generales del Consejo negaron su implicación en "actos deshonrosos" y desmintieron que haya presos políticos juzgados antes tribunales militares.
El exmandatario también se ha entrevistado durante su visita con los jóvenes de la revolución, y con organizaciones feministas y de la sociedad civil.
Carter reconoció que su "mayor decepción" sobre el proceso electoral en Egipto, donde el miércoles pasado acabaron los comicios a la cámara baja del Parlamento, es el escaso número de mujeres que han tenido la oportunidad ser elegidas en la votación.
Para Carter, esto se debe a dos factores: La eliminación de la cuota en el Parlamento, reservada a las mujeres, y su aparición en los últimos puestos en las listas de los partidos políticos.
"Así, habrá solo un 1 por ciento de mujeres (en el Parlamento), cuando ellas tienen una gran proporción en la sociedad", destacó el estadounidense, que opinó que la cuota femenina debería restablecerse, pese a que, como recordó, fue eliminada por la Junta Militar con la aprobación de los partidos.
En cuanto al desarrollo de las elecciones, precisó que su fundación, la única organización internacional a la que se le ha permitido observar los comicios, envió a Egipto una delegación de 40 expertos de 24 países que ha visitado unos 1,700 centros de votación.
Carter apuntó que ha habido irregularidades, la mayoría referidas al uso de eslóganes religiosos, prohibidos por la Comisión Electoral, y disparidades en la actuación de los jueces encargados de supervisar todo el proceso.
No obstante, hizo hincapié en que "el futuro democrático de Egipto va a estar completamente en manos del pueblo egipcio que participó en el proceso electoral".
"Estoy complacido por el hecho de que más del 60 por ciento de las personas con derecho a voto participaron en las elecciones, que es una muy buena expresión de la voluntad popular", dijo.
Por otro lado, hizo mención al tratado de paz entre Egipto e Israel, firmado en 1979 y auspiciado por el propio Carter, y que ha sido uno de los asuntos abordados en las reuniones con los partidos egipcios, que le han asegurado que lo quieren respetar, incluidos los Hermanos Musulmanes y los salafistas.