Irán y China firman acuerdo para desarrollar yacimiento de crudo

El contrato fue rubricado el domingo en la ciudad suiza de Lausana entre la Compañía Intercomercial Naftarian, subsidiaria exterior de la Compañía Nacional de Petróleo iraní, y la Corporación Nacional China de Petróleo, que adquirirá un 70 por ciento del proyecto.

Las compañías nacionales de petróleo de Irán y China han firmado un acuerdo para explotar y desarrollar de forma conjunta el yacimiento de crudo "Sur de Azadegan", que produce unos 260 mil barriles de petróleo diarios cerca de la frontera con Irak.

Según informa la prensa local, el contrato fue rubricado el domingo en la ciudad suiza de Lausana entre la Compañía Intercomercial Naftarian, subsidiaria exterior de la Compañía Nacional de Petróleo iraní, y la Corporación Nacional China de Petróleo, que adquirirá un 70 por ciento del proyecto.

El gigante petrolero chino, que ya firmó un acuerdo similar a principios de año para desarrollar el yacimiento vecino de "Azadegan Norte", compartirá activos con Naftarian y la empresa japonesa Inpex, que posee el 10 por ciento.

Los términos del pacto señalan que la compañía china entregará el yacimiento a la subsidiaria iraní cuando haya desarrollado el proyecto, y ésta última pagará la inversión con los beneficios de la explotación y venta del crudo, explicó la cadena de televisión estatal por satélite PressTV.

Se calcula que el coste del programa de desarrollo de "Azadegan Sur" ronda los 2 mil 500 millones de dólares.

Los expertos consideran que el yacimiento de Azadegan, uno de los más ricos hallados en los últimos 30 años, alberga unas reservas de 42 mil millones de barriles.

El nuevo acuerdo se firmó en un momento en el que las potencias mundiales, incluida China, sopesan la posibilidad de endurecer las sanciones al régimen iraní si no responde sobre las sospechas que levanta su programa nuclear.

Sin embargo, tanto Pekín como Moscú son las dos capitales más reticentes a incrementar las medidas punitivas.

Según cifras iraníes, Irán proporciona a China el 14 por ciento de sus necesidades de crudo, mientras que Teherán compra un tercera parte de su gasolina a Pekín.

Irán acoge bajo su subsuelo las terceras mayores reservas probadas de gas y petróleo del mundo, pero tiene una débil industria de refinado que le hace dependiente del exterior.