"Hizbulá tiene un arsenal de 70,000 a 80,000 cohetes y una capacidad de fuego inmensa como para disparar de 2,000 a 3,000 cohetes diarios. Está entre los diez arsenales de cohetes más grandes del mundo", dijo a Efe un alto mando israelí miembro del Estado Mayor para la Defensa.
Estas previsiones forman parte de los escenarios más funestos que el Ejército contempla en el caso de que un ataque estadounidense contra Siria por el presunto uso de armas químicas, derive en una guerra regional.
Según el militar israelí, con rango de general y que habló con Efe bajo condición de anonimato, se trata de un escenario completamente distinto a los que Israel ha conocido hasta ahora.
En la guerra de 2006, Hizbulá disparó en 34 días de hostilidades unos 4,000 cohetes y proyectiles de mortero contra el territorio israelí, mientras que el movimiento islamista Hamás lanzó unos 1,500 en los ocho que duró la operación israelí en Gaza "Pilar defensivo", en noviembre de 2012.
Israel ha desmovilizado al millar de reservistas que había convocado después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciara que acudiría al Congreso para obtener su apoyo a una intervención militar limitada.
Pero no baja la guardia, mantiene en alerta las baterías de su escudo anti-misiles desplegadas en el norte y los planes de emergencia son actualizados a diario, según la información de sus servicios de inteligencia y las amenazas desde Damasco, Beirut y Teherán.
En una entrevista el lunes con el diario francés Le Figaro, Asad insistió en su amenaza de que un ataque estadounidense provocará una "guerra regional", ecuación de la que Israel es a priori inseparable.
"Los ciudadanos israelíes deben saber que nuestros enemigos tienen muy buenas razones para no poner a prueba nuestra fuerza. Ellos saben por qué", indicó el domingo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, durante la reunión semanal del Consejo de ministros, en la que aseguró que su país está "tranquilo", "seguro de si mismo" y "preparado".
Comentaristas militares locales afirmaron la semana pasada, cuando el ataque estadounidense parecía inminente, que "deliberadamente Israel ha hecho ver a Siria la realidad" que afrontará, y que podría incluir un intento de derrocar el régimen de Asad.
De ahí la creencia de que no sería arrastrada a una guerra por Siria.
"Tampoco Hizbulá creo que tenga interés ahora en una guerra con Israel, no cuando está inmersa en la guerra civil siria y tiene abierto un frente interno en Beirut", explicó el alto mando al pasar revista a los escenarios barajados.
Aún así, aseguró que las lanzaderas de cohetes de Hizbulá están intactas y siguen desplegadas en el sur del Líbano apuntando a Israel, que es consciente de que en una situación de conflicto armado existen "catalizadores" a veces incontrolables que pueden conducir a un escenario no deseado, e Israel "debe estar preparado".
"Con la amenaza de miles de cohetes, el Ejército israelí actuará con una intensidad y una agresividad desconocidas hasta ahora", observó.
Los planes de guerra incluyen una acción conjunta aérea y terrestre, a diferencia de conflictos anteriores en los que Israel se abstuvo de introducir a su infantería mecanizada hasta que, por lo menos, la Fuerza Aérea mermaba la capacidad ofensiva enemiga.
"En una supuesta Guerra del Líbano 3 (las anteriores fueron en 1982 y 2006) la infantería deberá entrar a las aldeas árabes para destruir las lanzaderas de cohetes que aún queden en funcionamiento", agregó el general, confiado en que es posible neutralizarlas en gran medida.
Pero se trata de una operación que "por definición no puede ser 'proporcionada' porque la amenaza de los cohetes sobre nuestra población civil tampoco lo es... tendremos víctimas".
Las principales brigadas de combate israelíes ejercitan periódicamente la toma de aldeas libanesas en una "maqueta" a escala natural especialmente reproducida según la topografía y la vegetación del sur del Líbano, con el objetivo de evitar los severos problemas tácticos y logísticos que tuvieron en 2006.
Consultado sobre la duración de un conflicto de esas características, el alto mando destacó que "Hizbulá tiene cohetes para por lo menos un mes (al ritmo de 2,000-3,000 diarios), pero Israel no permitirá que dure tanto" por el impacto que tendría a nivel público y económico.