Los representantes europeos, parte de un grupo que trabaja sobre la injerencia extranjera en los procesos democráticos de la Unión Europea (UE) -incluida la desinformación-, se reunirán con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen.
También se entrevistarán a lo largo de los próximos tres días con con el primer ministro, Chiu Tai-san; con el viceministro de Exteriores, Harry Tseng, y con el portavoz del Legislativo, You Si-kun, desveló hoy la agencia oficial de noticias taiwanesa CNA.
Los eurodiputados debatirán las experiencias taiwanesas en la lucha contra la desinformación, los intentos de injerencia en la democracia, los medios de comunicación, la cultura y la educación de Taiwán, así como los esfuerzos de este país por reforzar su ciberresistencia, indicó anoche la Eurocámara en un comunicado.
"La experiencia de Taiwán a la hora de hacer frente a los repetidos y sofisticados ataques mediante la movilización de toda su sociedad, y sin restringir su democracia, es única", destacó el jefe de esta delegación parlamentaria y eurodiputado del grupo de los socialistas y demócratas (S&D), Raphaël Glucksmann, en la nota.
Se trata de la primera delegación del Parlamento Europeo que visita la isla autónoma desde la creación de la Eurocámara, y el objetivo, según Glucksmann, es dar una "fuerte señal de apoyo a la democracia taiwanesa".
Los otros miembros de la delegación que viajan a Taiwán son Andrius Kubilius y Georgios Kyrtsos del grupo del Partido Popular Europeo (PPE); Andreas Schieder, del S&D; Petras Austrevicius, de Renovar Europa; Markéta Gregorová, de los Verdes, y Marco Dreosto, del grupo Identidad y Democracia.
La prensa oficial china calificó hoy de "provocación" la visita de los eurodiputados a Taiwán, isla sobre la que Pekín reclama su soberanía.
"El Parlamento Europeo se ha convertido en un cómplice de los Estados Unidos en su intento de inflamar la cuestión taiwanesa y de recrudecer las tensiones", comentó hoy el diario de corte nacionalista Global Times sobre la llegada de los eurodiputados, a los que sus editorialistas llamaron "radicales" que buscan "desacreditar a China".
No en vano, Glucksmann es uno de los eurodiputados sancionados por Pekín el pasado marzo en respuesta a las que impuso la UE a cuatro funcionarios y a una entidad china por violaciones de los derechos humanos en Xinjiang, algo que Pekín ha negado en repetidas ocasiones.
Estas sanciones, que siguieron a una decisión similar de Estados Unidos, fueron las primeras de la UE a China desde la masacre de la plaza de Tiananmen en 1989.
El intercambio de sanciones provocó que el Parlamento Europeo congelase en mayo el proceso de ratificación del acuerdo de inversiones al que llegaron la UE y China en diciembre tras siete años de negociaciones.