En un encuentro organizado por la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad y el Movimiento Solidario Nuestra América, en la sede del Club de Periodistas, Patiño aseguró que Ecuador mantiene una posición de "firmeza y dignidad" en el caso, fundamentada en una decena de convenios internacionales.
Recordó que Assange está protegido por el Estado ecuatoriano en Londres desde que el pasado 19 de julio pidiera asilo diplomático en la embajada, e indicó que el Gobierno británico debe concederle un salvoconducto para respetar una "decisión soberana" que "ha recibido el respaldo de millones de personas en el mundo".
El canciller, quien se encuentra en México para asistir al Foro sobre el Fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, indicó que desde que se produjo la solicitud, el Ministerio de Exteriores que dirige realizó "detenidos análisis" para "no descuidar" ni un solo detalle de la concesión de asilo.
"Somos un Estado soberano, tomamos decisiones independientes y tenemos derecho a ser reconocidos como tales", agregó Patiño, quien refirió que cuando se estaba negociando una salida a la crisis, Reino Unido remitió una carta en la que advertía de un posible arresto de Assange en las instalaciones de la embajada.
Aunque consideró el asunto "superado", precisó que esa comunicación "violó el espíritu y la letra de la Convención de Viena", la cual "no deja dudas sobre el respeto a la delegaciones diplomáticas y consulares".
"Cuando recibimos esta amenaza hicimos una denuncia mundial. En tres días dirigentes de América del Sur advirtieron a Reino Unido que una incursión tendría gravísimas consecuencias", recordó.
Patiño consideró éste un "resultado diplomático importantísimo" que "hay que saber calibrar", pues afirmó que los países latinoamericanos "están despertando", y no sólo sus pueblos, sino también sus Gobiernos.
Tras recordar que Ecuador llevará el caso a la próxima cumbre de Naciones Unidas, descartó que vaya a llevarlo a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, pues confió en solucionarlo por la vía diplomática. Agregó que se dejarán las instituciones judiciales internacionales como último recurso.
"El tema no es fácil", agregó el canciller, quien confió en que el Gobierno británico "comprenda que las personas tienen derecho a proteger su vida e integridad".