Austin y Dong discutieron sobre estos y otros asuntos durante alrededor de 75 minutos, más tiempo del previsto, en la ciudad-Estado asiática, horas antes de que se inaugure la noche del viernes el Diálogo Shangri-La, el foro de seguridad anual más importante de Asia.
Aunque los jefes de Defensa de las superpotencias son habituales a esta cita desde hace años, y la suelen aprovechar para reunirse, no fue así en 2023, cuando Austin y el predecesor de Dong, Li Shangfu, apenas se saludaron durante la cena de inauguración.
Pekín rechazó entonces una reunión más extensa, en medio de tensiones: Li había sido sancionado en 2018 por EE.UU., acusado de comprar armamento a una empresa estatal rusa, y China suspendió el diálogo militar de alto nivel después de que la expresidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, visitara Taiwán en agosto de 2022.
El encuentro actual obedece a la reanudación de la comunicación entre los Ejércitos durante el encuentro entre los presidentes de EE.UU. y China, Joe Biden y Xi Jinping, el pasado noviembre en San Francisco (EE.UU.), decisión favorecida por la destitución sin explicaciones de Li en Pekín un mes antes.
Tanto Austin como Dong destacaron hoy la importancia de volver a reunirse, pues la última vez que el estadounidense había mantenido un encuentro con un ministro de Defensa chino fue con Wei Fenghe en noviembre de 2022 en Camboya.
Dong, quien ocupa el cargo desde el pasado diciembre, "subrayó que la actual estabilización de las relaciones entre ambos Ejércitos no ha sido fácil y debe ser aplaudida", dijo su portavoz, mientras Austin enfatizó la importancia de "mantener abiertas las líneas de comunicación", según un comunicado del Pentágono.
Acusaciones sobre Taiwán, Gaza y Ucrania
Pese a ello, ambos se lanzaron acusaciones sobre los principales asuntos que les enfrentan, destacando Taiwán, la isla autogobernada que Pekín considera una provincia rebelde y no descarta invadir, y que Washington en principio defendería.
Austin advirtió a Dong de que no utilice "la transición política" de Taiwán "como pretexto para (emplear) medidas coercitivas, una semana después de que China desplegara maniobras militares en torno a Taiwán, tras la toma de posesión el 20 de mayo del nuevo presidente de la isla, William Lai, considerado "secesionista" por Pekín.
Dong, por su parte, criticó que EE.UU. mandara una delegación a la ceremonia de investidura de Lai, acciones que "envían una señal errónea a las fuerzas separatistas de Taiwán", dijo desde Singapur el portavoz del Ejército chino, Wu Qian, según recogió la cadena CCTV.
El ministro de Defensa chino aprovechó mientras para criticar ante Austin el "doble rasero" de EE.UU. "en el conflicto entre Israel y Palestina", a la vez que urgió a que Washington "juegue un papel activo en devolver la paz a la región", añadió Wu.
Sobre la guerra de Ucrania, Austin denunció el "rol de China en apoyar la industria de Defensa rusa", después de que Washington lanzara a comienzos de mes una nueva ronda de sanciones contra cientos de empresas, incluyendo varias chinas, por ese motivo.
"China no ha provisto de armamento a las partes en conflicto y ha llevado a cabo estrictos controles en la exportación de objetos de uso dual (civil y militar)" a Rusia, defendió hoy Wu.
El portavoz reiteró la postura "objetiva y justa" de la segunda economía mundial con respecto a Rusia, apenas semanas después del viaje a China a mediados de mayo del presidente ruso Vladímir Putin, en una nueva muestra de sintonía bilateral.
Austin se refirió por otro lado al mar de China Meridional, donde Pekín mantiene disputas territoriales con países vecinos, defendiendo la "libertad de navegación".
Se espera que ese tema sea el que ocupe buena parte del discurso de apertura del Diálogo Shangri-La esta noche del presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., en pleno aumento de las tensiones con Pekín por la soberanía de varios territorios en dichas aguas.
Austin y Dong pronunciarán sendos discursos en el foro, el sábado y el domingo -cuando concluye-, respectivamente, ante medio millar de representantes de más de 40 países, entre ellos el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. EFE