Los vicecancilleres de los tres países aliados enviaron este mensaje a Pionyang a través de una declaración conjunta acordada durante una reunión celebrada hoy en Tokio, y en la que la situación en la península coreana ocupó gran parte de la agenda.
La subsecretaria de Estado de EE.UU., Wendy Sherman, el viceministro de Exteriores de Japón, Takeo Mori, y su homólogo surcoreano, Cho Hyun-dong, subrayaron el "grave desafío" que supone para la comunidad internacional la intensificación de las actividades armamentísticas de Corea del Norte.
"En caso de nuevas provocaciones, como un test nuclear, acordamos estrechar nuestra cooperación, reforzar la disuasión y ampliar los esfuerzos diplomáticos", señalaron en su pronunciamiento conjunto.
Sherman reiteró el compromiso de EE.UU. con la defensa de sus aliados, y subrayó que las tres parten "comparten el objetivo de la completa desnuclearización de Corea" a pesar de los continuados desarrollos armamentísticos del régimen que lidera Kim Jong-un.
La número dos de la diplomacia estadounidense señaló que no sólo les preocupan las "exhibiciones de músculo" del Norte, sino también los indicios de que la sucesión de test de Pionyang "prepara el camino para usar un arma táctica nuclear".
De llevarse a cabo el nuevo ensayo atómico de Pionyang, que sería el primero desde 2017, se trataría de "un acto muy desestabilizador y muy peligroso, no sólo para la región, sino para todo el mundo".
Aún así, las tres partes reiteraron que mantienen la puerta abierta "al diálogo sin condiciones previas" con Corea del Norte en caso de que el régimen accediera a ello.
Junto a la disuasión militar, Washington, Seúl y Tokio también señalaron su intención de intensificar la presión diplomática sobre Corea del Norte, y en particular a través de sanciones adicionales sobre el ya aislado país promovidas en el Consejo de Seguridad de la ONU en caso de que llevara a cabo su séptimo test nuclear.
Los tres países aliados vienen expresando su preocupación y su condena ante los constantes ensayos de Pionyang, que entre finales de septiembre y mediados de octubre alcanzaron un ritmo inédito hasta la fecha.
Además, Norte y Sur han intercambiado disparos de artillería en torno a la frontera en los últimos días en varios incidentes que unidos a las maniobras en la región por parte de Estados Unidos y sus aliados han elevado aún más la tensión hasta niveles no vistos en los últimos cinco años.