Los combates tuvieron lugar a lo largo de toda la noche del martes al miércoles en el barrio de Al-Hassaba, donde un día antes también se registraron enfrentamientos, dejando un saldo de varios muertos, según testigos, citados por las cadenas árabes Al Arabiya y Al Yazira.
“Un intenso tiroteo y explosiones se escucharon en el centro de Saná. Oímos las ambulancias durante toda la noche. Pudimos ver también las llamas en uno de los edificios del gobierno que creemos que fue alcanzado por un proyectil de mortero”, dijo un residente.
Durante los enfrentamientos, fue atacado el barrio Hassaba, donde se encuentra el complejo de la familia del influyente líder tribal Al-Ahmar.
Las unidades, lideradas por uno de los hijos del presidente yemenita Ali Abdullah Saleh, y las fuerzas especiales intentaron recuperar, sin éxito, el edificio administrativo de Hassaba cortando el suministro de agua y energía eléctrica.
La Guardia Presidencial bombardeó el cuartel de una brigada del Ejército responsable de la protección de instituciones gubernamentales clave.
Según oficiales militares que desertaron y se pasaron a la oposición, el gobierno sospecha que el comandante de la brigada estaba a punto de sumarse al movimiento que exige la renuncia de Saleh.
El número de víctimas podría aumentar debido a que durante los enfrentamientos han resultado destruidos varios edificios por los disparos de granadas de mortero y misiles, por lo que se desconoce si hay personas atrapadas bajo los escombros.
Fuentes médicas precisaron que al menos 13 policías han muerto y otros 22 han resultado heridos en los enfrentamientos, los más encarnizados desde el estallido de la crisis entre los seguidores de al-Ahmar y el régimen yemenita, hace nueve días.
El conflicto armado comenzó el pasado 23 de mayo después de que el presidente Saleh rechazó por tercera vez firmar un plan presentado por el Consejo de Cooperación del Golfo, que incluía la transferencia del poder al vicepresidente y la convocatoria de nuevas elecciones.
Tras casi cuatro meses de protestas reprimidas por el régimen de Saleh, que se niega a dejar el poder, la revuelta adquirió otra magnitud el mes pasado con el inicio de combates en Saná entre fuerzas leales al presidente y el jefe tribal, que se unió a la oposición.
Más de 350 personas han muerto en Yemen desde que comenzaron el pasado 11 de febrero las protestas en demanda de la renuncia de Saleh, en el poder desde hace 33 años, inspiradas en los levantamientos populares que terminaron con los regímenes en Túnez y Egipto.