Al menos tres personas -dos manifestantes y un kiosquero- fallecieron por disparos de las fuerzas de seguridad yemenitas, elevando a cinco la cifra de muertos en las últimas 24 horas a causa de la represión policiaca, según fuentes médicas citadas por medios árabes.
Elementos de la policía y del ejército dispersaron a los manifestantes disparando balas de goma, gases lacrimógenos y cañones de agua, hiriendo también a por lo menos 50 personas, de las cuales seis se encuentran en estado crítico.
La represión de este lunes tiene lugar un día después de que miles de personas se manifestaron frente a la sede del Ministerio de Educación en Taiz, entre ellas numerosos profesores y estudiantes, en demanda de aumento salarial y el aplazamiento de los exámenes finales.
Según los organizadores de esa concentración, algunos de los manifestantes aprovecharon para exigir la renuncia del presidente yemenita, Ali Abdullah Saleh, en el poder desde hace 32 años.
Los opositores, entre ellos miembros tribales, han amenazado con continuar las protestas, iniciadas el pasado 11 de febrero, hasta conseguir el derrocamiento de Saleh.
La crisis política se encuentra en un punto muerto después de que Saleh rechazó una propuesta de los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (CCG) que incluía su salida pacífica del poder.
El plan prevé la formación por la oposición de un gobierno de reconciliación, la dimisión de Saleh en un mes a cambio de su inmunidad y elecciones presidenciales 60 días después.