La ONG Movimiento Pase Libre (MPL), que promueve el transporte público gratuito, anunció hoy que las manifestaciones proseguirán pese a los violentos choques entre manifestantes y policías registrados en algunas ciudades, principalmente Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos mayores urbes del país.
Este movimiento ha sido el principal impulsor de las manifestaciones que se han extendido por varias ciudades de Brasil, entre ellas cuatro en Sao Paulo en sólo una semana.
La manifestación de la noche del jueves en la capital paulista, que reunió a unas 5.000 personas según las autoridades, fue violentamente reprimida por la policía y derivó en un conflicto con decenas de heridos, incluyendo siete periodistas que cubrían los hechos.
La Secretaría de Seguridad Pública informó de que 237 personas fueron detenidas provisionalmente. En la mañana de hoy sólo cuatro permanecían arrestadas y serán acusadas formalmente de daños al patrimonio público.
Los enfrentamientos entre manifestantes y policías convirtieron las calles del centro de Sao Paulo en campos de batalla principalmente tras la decisión del gobierno regional de reforzar la vigilancia con miembros de grupos policiales destinados a operaciones especiales.
Pese a que la policía alega que se ha limitado a usar gases lacrimógenos y balas de plástico, imágenes de las redes de televisión muestran que algunos manifestantes han sido violentamente golpeados con porras.
La policía informó de que en redadas realizadas antes de que los manifestantes se concentraran decomisó cocteles molotov, envases con combustible y máscaras.
Tanto la gobernación como la alcaldía de Sao Paulo justificaron la represión de las protestas, que calificaron como políticas, por los daños que los manifestantes han provocado en estaciones de metro, paraderos (paradas) de autobuses, vitrales de bancos y otras edificaciones.
Las autoridades regionales y municipales dijeron igualmente que el aumento de 20 centavos de real (10 centavos de dólar) en las tarifas de autobús serán mantenido.
La manifestación de anoche en Río de Janeiro, que ocupó varias calles en el centro de la ciudad, se desarrolló pacíficamente pero igualmente terminó en conflictos cuando algunos de los manifestantes que se dispersaban se enfrentaron con piedras a la policía.
En Río de Janeiro fueron detenidas anoche 34 personas.
La organización Amnistía Internacional (AI) divulgó un comunicado en el que manifestó su preocupación por el aumento del uso de la fuerza para reprimir las protestas contra el alza de las tarifas de transporte.
"También es preocupante el discurso de las autoridades defendiendo una mayor radicalización de la represión y el arresto de periodistas y manifestantes que en algunos casos han sido acusados de asociación para delinquir", según la nota.
Las dos mayores ciudades brasileñas viven momentos de tensión urbana a dos días de la inauguración de la Copa Confederaciones de fútbol, que se jugará en Río de Janeiro, Salvador, Recife, Belo Horizonte, Fortaleza y Brasil, donde el anfitrión Brasil y Japón inaugurarán el sábado el torneo. (EFE)